Los gatos son animales que ayudan a sobrellevar la soledad.
Las lagañas en los ojos de los gatos pueden ser una preocupación frecuente para los dueños. Son una mezcla de lágrimas secas y células muertas del ojo.
Su aparición es normal, cuando un gato presenta lagañas en un solo ojo de manera recurrente, esto podría ser un indicio de un problema más serio. Según Marta Sarasúa, ATV y etóloga, existen varias causas que podrían explicar este síntoma y es importante actuar de manera adecuada para cuidar la salud ocular de tu mascota. Conoce las causas.
Patologías oculares
Enfermedades como la queratitis, conjuntivitis o glaucoma pueden provocar la formación de lagañas. Si tu gato tiene un ojo rojo, inflamado o con secreción, acude al veterinario para un diagnóstico y tratamiento con colirios u otras intervenciones, según el caso.
Cuerpos extraños
Elementos como pequeñas piedras o espigas pueden introducirse en el ojo del gato y causar irritación. En este caso, el gato puede rascarse o frotarse el ojo repetidamente. Si identificas un cuerpo extraño en el ojo, retíralo con cuidado o consulta al veterinario. Infecciones Infecciones virales, bacterianas o fúngicas también pueden causar secreciones oculares y lagañas. Entre las más comunes están la rinotraqueítis y el calicivirus felino, que afectan tanto a los ojos como a otros órganos. Las infecciones requieren atención veterinaria urgente para evitar complicaciones.
Traumatismos
Golpes alrededor del ojo pueden romper vasos sanguíneos y generar inflamación, causando lagañas que, en algunos casos, tienen un tono rojizo. Si tu gato sufre un accidente, es recomendable una revisión veterinaria, o si las lesiones no son visibles.
Alergias
Las alergias, aunque no tan frecuentes en gatos como en perros, pueden causar conjuntivitis y lagañas. Si tu gato presenta ojos rojos y húmedos, junto con frotamientos constantes, podría tratarse de una reacción alérgica.
Razas propensas
Gatos braquicéfalos como los persas tienen una tendencia natural a desarrollar lagañas debido a su anatomía, que obstruye el conducto lagrimal. En estos casos, la higiene diaria es fundamental para mantener la salud ocular.
En todos los casos, ante cualquier duda o síntoma persistente, lo más importante es consultar al veterinario para un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado.