Algún filósofo lo dijo… no sé cuál, pero definitivamente lo dijo: la vejez, más que una cuestión de edad, es un tiempo de vida, es un estado del espíritu. ¡Es cierto! Hay que tener espíritu juvenil, emprendedor, activo, hacer planes y proyectos que nos hagan sentirnos realizados porque eso nos mantendrá vivos. Es un tema importante, porque todos vamos hacia la vejez -al menos eso esperamos- y porque los que ya llegaron a esa etapa de la vida, se han ganado el derecho de vivirla como ellos quieran.
Si se es libre de espíritu en la tercera edad y existen todavía esas ganas de vivir para alcanzar las más grandes realizaciones, no importa que existan carencias y dificultades, dolores y crujir de huesos, porque eso "nos hace lo que el aire a Juárez", o sea, nada. El aire nunca le hizo algo a Juárez, ni a Morelos, ni a Cuauhtémoc, o sea "a nadie".
"La edad es un estado del espíritu…" y aquí me encuentro esta otra frase que dice: "Saber envejecer es una obra maestra de la sabiduría y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir" ¡Claro! porque vivir es un arte, vivir con plenitud, disfrutando tantas cosas buenas que nos da la vida.
El jurista, político, filósofo, escritor y orador romano Cicerón expresaba algunos pensamientos interesantes acerca de la vejez. Decía: "esfuérzate para llegar a ser viejo con tiempo, si deseas ser viejo durante mucho tiempo". O sea, apresúrate a ser viejo para que puedas disfrutar la vejez durante mucho tiempo. Parece una locura pero está como para pensarle.
Luego decía: "La autoridad es el ornamento de la vejez". Será bueno que en la vejez seas condecorado con algún grado de autoridad porque muchas veces al viejo no se le toma en cuenta, lo que es absurdo porque tiene un gran tesoro de experiencia que puede compartir.
Hay que respetar a la vejez y desear llegar a ella dignamente. Una vez que se está en esa etapa, hay que hacer el valer el derecho de la libertad de vivir de la mejor manera que le parezca.
Finalmente remato con esto: "Nadie es tan viejo que no crea poder vivir otro año más". ¿A poco no?
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ME PREGUNTA Ricardo Hernández: "Si se trata de una mujer, ¿se le dice la asesora o la asesor?"
LE RESPONDO: Lo correcto es "la asesora".
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos.
