Si hay algo que nos identifica a los mexicanos es que nos encanta la fiesta, con bailes, comida, bebida y claro, la buena plática que no puede faltar. "Está muy buena la chorcha", decimos los mexicanos para referirnos a la charla, la plática, el chisme… y no, esta última palabra -chisme- no tiene un origen mexicano.
Primero vamos con la chorcha, porque ya se estará preguntando usted sobre su origen. Pues déjeme decirle que, como de costumbre, hay diferentes versiones. La Real Academia Española y algunas otras instituciones lingüísticas dicen que se trata de una voz onomatopéyica, es decir, que suena como lo que describe. O sea que la "chorcha" así suena, como su nombre, cuando está la plática a todo lo que da.
Otros dicen que es un mexicanismo y que proviene del inglés church, que significa iglesia, porque como ésta, es una reunión en la que la gente se junta para charlar y hacer, eso, chorcha… aunque en la iglesia, en realidad, el que habla es el padrecito.
Y antes de que se me pase, me regreso a lo del chisme… o sea, a la palabra chisme, de la cual -para variar- también hay varias versiones de su origen. Unos dicen que viene del griego skhizein que significa rajar o dividir, y que da también su nombre a la esquizofrenia, y de ahí el sentido de que se refiere a decir algo para separar o enemistar a ciertas personas. Otros estudiosos de las raíces del lenguaje dicen que chisme proviene del latín cimex, que significa "chinche", dando una idea de algo tonto o despreciable. O sea que, le busquemos por donde le busquemos, el chisme siempre tiene una connotación negativa
Seguimos con las costumbres fiesteras de nuestro pueblo y llegamos irremediablemente a la ingesta de bebidas alcohólicas, y para definirlo, el mexicano se ha modificado el verbo "chupar", que aunque éste tenga otros significados, el de tomar alcohol es uno de los más usados.
Si la comadre le dice: "¡vámonos a la fiesta!", a lo mejor usted le dirá: "Ay comadre, qué pena, ando toda fachosa…" y entenderá perfectamente que lo que quiere decir es que "no se arregló", está desaliñada y descuidada en su vestido… o sea, que anda en fachas. Esta palabra es parecida a otra que conocemos muy bien, y esa palabra es: fodongo. El fodongo -o fodonga- es una persona floja, perezosa… tanto que no es capaz de asearse y anda toda sucia. Pero que conste que no estoy acusando a nadie, ¿ok?
Si una fiesta en particular está muy "aguada" y no me gusta, puedo decir que está muy gacha, y quien me escuche, si es mexicano, entenderá que lo que quiero decir es que una pésima fiesta. Y entonces le diré a mi amigo: "Qué gacho que me traes a estas fiestas…"
¡Híjole! Casi llego al final de este espacio y le tengo que comentar esta palabra que también es mexicanísima: "híjole", que según dicen, es la unión de "hijo" y "órale". La usamos para denotar asombro: "¡Híjole, ya se me hizo muy tarde!" Mientras tanto, el "órale" -que también lo usamos mucho- también sirve para demostrar asombro, o a veces disgusto: "¡órale, no traes vacas!" le gritan al conductor del transporte público, que maneja "de la patada" y los pasajeros se mueven de un lado a otro.
También usamos el "órale" para aceptar algo: "¿Cómo ves si nos vemos a las seis?" "¡Órale, así le hacemos!" Dicen que "órale" nace de juntar las palabras "ahora" y "le", ¿será cierto?
Puede ser, y mientras lo investigamos, por lo pronto, ahora le digo a usted: ¡ahí la vemos!
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.
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ME PREGUNTA Vinicio Prieto: "En el ambiente de beisbol, ¿es correcto escribir ampáyer?
LE RESPONDO: Claro, esa es la palabra castellanizada para referirse al árbitro del juego de beisbol: "ampáyer". En inglés es umpire.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Para llevarse bien con una mujer, solo es necesario aprenderse cuatro letras del abecedario: O, B, D, C.