Seguramente usted lo conoce… aunque obviamente no en persona. Me refiero a Francois Arouet, ¿le suena? ¿No? A este hombre se le conoce más por el nombre de Voltaire. ¡Ándele, ese sí lo conoce!
Fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés, que vivió en el siglo XVIII y fue uno de los máximos representantes de la época de la ilustración donde todo se enfocó al poder de la razón, la ciencia y el respeto hacia la humanidad.
Voltaire es un apodo o pseudónimo un poco raro; más parece una marca de aparatos de aire acondicionado que un nombre. ¿De dónde habrá tomado este señor el nombrecito tan peculiar? Pues se dicen varias cosas, pero una de esas versiones dice que Voltaire lo tomó de la frase petite volontaire, que si mi "estupendo" francés no me falla quiere decir: "pequeño voluntario". De niño así le decían a Voltaire, porque era literalmente muy acomedido el muchacho, siempre dispuesto a aprender y ayudar.
Pero no me la crea mucho; de hecho, yo tampoco me quedo muy convencido con esta versión. Hay otra que dice que el nombre se origina de un anagrama de la frase "Arouet, el joven".
A Voltaire se le atribuyen un buen número de aportaciones filosóficas, así como la muy célebre frase que dice: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo"; que luego resulta que los historiadores afirman que Voltaire nunca la dijo. ¿Pues entonces?
Era un crítico fuerte y mordaz, pero que siempre basó sus críticas en la información científica que tenía a la mano, en una época en la que la investigación costaba mucho más trabajo que en la actualidad. Como era de esperarse, muchas de sus obras lo llevaron a la cárcel y al destierro; por ahí no faltó alguien que le propinara tremenda paliza al pobre de Voltaire. ¿No le parece familiar esta situación? Parece que las cosas no han cambiado mucho del siglo XVIII para acá.
Irónicamente -y como también está sucediendo mucho en nuestros días- fue duramente atacado a pesar de ser un defensor de la tolerancia, especialmente la religiosa. Luchó con valentía y arrojo en contra de la superstición y la intolerancia basada en la ignorancia, mientras defendía la convivencia pacífica entre personas de diferentes creencias y religiones.
Según Voltaire, sólo aprendemos de la experiencia; todo lo que la supera sólo es hipótesis; todo lo que es verdaderamente útil proviene de lo comprobable y para eso tenemos a la ciencia.
¡Cuánto te necesitamos hoy, mi estimado Voltaire!
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.
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ME PREGUNTA Martha Gutiérrez: La palabra accesar ya se usa mucho, ¿no se ha aceptado? ¿No es hora de que la acepten?
LE RESPONDO: No se preocupe. Ya está aceptada en el diccionario de la Real Academia Española. Puede usted dormir tranquila.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Yo no sabía lo que era la verdadera felicidad, hasta que me casé… lástima que ya era demasiado tarde.