En la vida hay cosas espeluznantes y no me refiero al aumento de impuestos, sino a las palabras que nos ponen los pelos de punta; porque precisamente lo espeluznante es lo que espeluzna… ¡no me digas! Pues sí le digo, porque existe el verbo espeluznar, que es desordenar el pelo o erizarlo -que bien puede ser causado por un susto- y tiene, por supuesto, su conjugación: yo espeluzno, tu espeluznas, etc.
Ya que hablamos de sustos, no se asuste si le digo que "asustar" es una palabra que proviene de otra: "suscitar", que quiere decir "levantar". ¡Pues claro! Porque con un buen susto cualquiera se levanta. Frecuentemente, en los medios de comunicación nos pegan unos "sustotes" cuando emplean palabras de manera equivocada, como "suscitar", que lo usan como sinónimo de "ocurrir": "Esta mañana se suscitó un accidente en esta importante avenida…" dice el reportero sin darse cuenta de su error y que, en cambio, podría decir: se produjo, ocurrió, sucedió, o algún otro verbo de ese tipo.
A una persona que todo le da miedo le decimos que es un cobarde, palabra que viene del francés couard y que se deriva originalmente de coue, del latín cauda que significa cola. ¿Y qué tiene que ver la cola con el miedo? Ah, pues mucho, pero antes de que alguien empiece a pensar mal, le aclaro que esta referencia es a la cola de los perros y otros animales que, cuando sienten miedo, la esconden entre las piernas… por eso decimos que alguien "se fue con la cola entre las patas" si algo le ocasionó temor o pena.
Al miedoso también se le dice que es un "collón" -así, con doble ele- que es una palabra que no nos suena muy fuerte, pero en algún tiempo se consideró malsonante porque su origen es del italiano coglione y éste del latín coleonis, que significa "testículo". O sea que al collón le faltan… pues cojones… -ya sabe usted cómo decimos en México- porque esta parte de la anatomía masculina tradicionalmente simboliza a la valentía. Lo curioso es que la palabra collón, que aparentemente es un aumentativo, se use para describir a alguien que no tiene, en lugar de alguien que tiene muchos… bueno, muchos no, deben ser dos nada más, pero de buen tamaño.
Regresemos rápidamente al tema menos escabroso de las palabras del terror… Por cierto, ¿escabroso tiene algo que ver con el miedo? Pues mucha gente lo confunde con el adjetivo "tenebroso", pero hagamos, aquí y ahora, la diferencia.
Lo tenebroso es lo oscuro, lleno de tinieblas, lo oculto y perverso; en cambio lo escabroso es algo que está rugoso, lleno de estorbos, en malas condiciones, o algo peligroso, que está justo en el límite de lo inmoral.
Y antes de que se me acuse de collón, me despido de usted, y me retiro porque "aquí espantan".
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.
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ME PREGUNTA Genaro Prieto: ¿La palabra "amedrentar" significa lo mismo que "amenazar"?
LE RESPONDO: No precisamente. "Amedrentar" es infundir miedo o atemorizar, mientras que "amenazar" es dar a entender que se desea hacer algún mal a alguien. El objetivo de amenazar puede ser el de amedrentar, pero no necesariamente son sinónimos.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: No me da miedo encontrarme una araña… me da miedo perderla de vista.