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Las palabras tienen la palabra

Contando calorías

JUAN RECAREDO.-

Sabemos que existe mucho engaño en las etiquetas de los productos alimenticios que se ofrecen en tiendas y supermercados, pero ¿leemos bien las etiquetas? “¡N’hombre! ¿Para qué? Trae muchas letritas chiquitas que ni alcanzo a leer sin los lentes”, dicen las señoras.

En México las autoridades han decidido que se pongan, “obligatoriamente a la fuerza” —como decía un tío mío— unos sellos grandes en el frente del producto, que llamen la atención y que alerten al comprador de que lo que está a punto de comprar tiene exceso de algo: de azúcares, de grasas saturadas, de sodio, incluso exceso de calorías… y muchos dirán: “¡exceso de placer!” Pues sí, porque no es saludable, pero sí muy sabroso.

En realidad, esta es una buena medida porque nos hace pensar un poquito más sobre lo que le vamos a echar a nuestro organismo. Y hablando de calorías, ahora que revisamos más a fondo las etiquetas de los productos, me surgió una duda sobre ellas… sobre las calorías. ¿Por qué en algunos alimentos están medidas en kilocalorías y otras en calorías? Me puse a buscar un poco sobre el tema y creo que ya resolví el misterio, y por si usted también tiene esta duda, se lo comparto.

Una kilocaloría equivale a mil calorías, hasta ahí todo muy bien porque sabemos que kilo es una raíz griega y significa “mil”: un kilogramo son mil gramos; un kilómetro son mil metros, etc. Entonces, en los productos, todo está medido en kilocalorías, pero para que quepa toda la información en la etiqueta, lo abrevian como “kcal.”; la confusión aparece cuando dice “Cal” porque esta no es la abreviatura de “caloría”, sino que es la de “kilocaloría”. ¡Ah, con razón! Porque yo veía, en algunos lados, que medían en kilocalorías y en otros en calorías, pero no es así. Para ser más claro: si usted ve “kcal” se refiere a “kilocalorías” —o sea mil calorías—; si ve “Cal.” también se refiere a “kilocalorías” —es otra forma de abreviar la misma palabra—, y si ve “cal” (con ‘c’ minúscula) entonces sí se están refiriendo a las calorías.

Las abreviaturas son muy útiles para ahorrarse unos cuantos espacios cuando es necesario, pero también tienen reglas que deben respetarse. Una de las más importantes es que la palabra abreviada debe de terminar con un punto, aunque después siga el texto, excepto cuando se usen barras para formar la abreviatura, como cuando abreviamos la expresión “cada uno” y ponemos c/u, en ese caso no lleva punto y no se ponen espacios entre las letras y la barra. Pero tenga cuidado, porque muchos casos, (como el de las calorías y kilocalorías) no se tratan de abreviaturas sino de símbolos que ya han sido adoptados específicamente para esa unidad. Cuando ése es el caso, no llevan punto final, así que se escribe: cal, Cal, kcal, etc.

Por supuesto que si se trata de una palabra abreviada no se salva de incluir la tilde si le corresponde, por ejemplo: “administración” que se abrevia “admón.” y “página” que se abrevia “pág.” ¡No se olvide de ponerle tilde! Si quiere hacer una abreviatura en plural, claro que se puede. En el caso de “páginas” sería “págs.” —agregando la ese al final— pero si se trata de una abreviatura de una sola letra, ésta se duplica, como EE. UU. que es la forma corta de escribir “Estados Unidos”.

Y para mantener esto breve, es mejor que ahora me despida de usted.

¡Hasta luego! Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] X: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Ximena Vargas: Quisiera saber por favor qué es un erial. Gracias.

LE RESPONDO: Un erial es un terreno sin cultivar.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Lo bueno, si es breve, es doblemente bueno.

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