Alguna vez le he platicado en este espacio sobre los acrónimos y las siglas que se usan extensivamente en el mundo de las redes sociales y saco hoy otra vez el tema porque, la verdad, no son pocos los comentarios que recibo -y que escucho por ahí- que critican a la forma en que, según dicen: "los chavos están destrozando a nuestro lenguaje y a la comunicación". ¡Me lo comentan a cada rato!
Los acrónimos y las siglas son recursos muy frecuentemente usados en las redes sociales y se vuelven universales, independientemente del idioma en el que originalmente se acuñaron. "¡Es que estos jóvenes de hoy inventan palabras de la nada!" Así me dicen y yo les digo que así ha sido siempre -y no solamente los jóvenes -porque el lenguaje evoluciona de forma constante, nada más que ahora los cambios que antes tomaban años, décadas, ahora se extienden y popularizan en tan solo meses… se vuelven trends, es decir, se vuelve una moda.
Antes de seguir, le recuerdo lo que es un acrónimo: es una sigla que se puede pronunciar como una palabra, como "ovni" y "láser". La sigla que no es un acrónimo no es tan fácil de leer. ¿Quiere un ejemplo? OMG ¿Cómo dijo? Sí, ese es el ejemplo: OMG.
Es una de las más usadas en las redes: OMG que significa Oh my God, una frase que expresa sorpresa o sobresalto, obviamente en inglés y que al traducirlo al español nos queda un "¡Oh, mi Dios!" que así se escucha medio raro, pero si lo acomodamos tantito, nos resulta una expresión mucho más latina: "¡Ay, Dios mío!" Esa sí, hasta mi abuela la usaba.
Y sí, probablemente mi abuela sí la usaba en su forma de sigla: OMG. "¿Cómo? -ya dice un lector- Si seguramente ni se había inventado el Internet". Pues sí, tiene razón, pero el OMG como sigla expresiva le aseguro que ya existía. El famosísimo OMG apareció por primera vez, según está documentado, en una carta que John Fisher -el famoso barón Fisher-, de la Marina Real Británica, le envío a Winston Churchill en 1917, cuando Churchill era Ministro de Municiones y estaban dándose con todo en la Primera Guerra Mundial. Fue una carta normal, eh… -nada de correo electrónico o un WhatsApp- y en ella le preguntaba si era cierto el chisme que andaba circulando, que decía que estaba formando una nueva orden de caballería británica. Claro que después de escribir OMG, el moderno barón Fisher tuvo que poner entre paréntesis la aclaración de lo que significaba OMG, ¡pues claro, si se supone que nunca se había usado antes!
¿Por qué habrá puesto eso el barón? ¿Para crear una moda? ¿Para ser una celebridad de Instagram cuando se inventara muchos años después? Nadie sabe muy bien; algunos dicen que era la costumbre de comunicarse en clave Morse, otros que era una especie de burla -muy al estilo inglés- de las condecoraciones militares del Reino Unido.
Quién sabe, pero si viviera hoy el barón Fisher, seguro escribiría: "¡OMG, seguimos siendo tendencia!"
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ME PREGUNTA Mireya Gámez: ¿Es mejor usar las comillas angulares que las inglesas?
LE RESPONDO: Así es. Según la regla del español, primero se deben usar las comillas angulares (« »), también llamadas latinas o españolas; luego se usan las inglesas (" ") y luego las simples (''), éstas últimas para señalar algo que ya está entre comillas.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: El "té verde" previene enfermedades cardiovasculares, mientras que el "te vas a la fregada" ayuda a eliminar el estrés.