Alzarse en armas, ser de armas tomar, presentar armas, velar las armas, tomar las armas… son expresiones que se refieren a esos instrumentos que sirven para atacar y defender, para destruir y preservar la integridad de nuestro pueblo… “cuyas mejores armas son el machete y el arado…” según ha dicho alguno de nuestros demagogos presidentes.
La palabra “arma” brota de la raiz indoeuropea ar que viene siendo “ajustar” y que se convierte en arm, que es el brazo en inglés, nuestra arma más primitiva y luego se deriva en “armonía” que implica ajuste o proporción, porque esa es la armonía, un conjunto de sonidos que se ajustan proporcionalmente a otros para formar una combinación que es o debe ser agradable a los oídos.
De ar brota también el “artículo” que es “lo que encaja”, “parte de un todo” que se articula, o sea, que se arma. El arma blanca es la que pica y corta, arma punzocortante por ofrecer a su portador esa doble función, sea del color que sea.
En cambio, el arma que no penetra, como las cachiporras de hule galvanizado que hacen tremendo daño pero no dejan mucha huella, son armas contundentes porque con ellas te pueden dar una tremenda tunda, es decir son armas para golpear.
La marina de guerra es la “armada” o así se le llama, aunque todo lo que tenga relación con el ejército y la defensa tiene que estar armado, si no ¿para qué sirve?
Había una “arma falsa” que era un ataque simulado el cual se hacía con el propósito de hacer que el enemigo se fuera con la “finta”, o sea, con el engaño.
Parte de la armada era una “escuadra” o un “escuadrón”, palabras que provienen de “cuatro” que se refiere a la formación que el ejército adoptaba durante las maniobras.
La armadura es ese traje compuesto de piezas de fierro con el que se cubrían los guerreros y los caballeros antiguos para defenderse.
El “armamento” puede ser la acción de armarse o puede ser el conjunto de armas o municiones de un soldado o de un cuerpo militar, pero el verbo “armar” tiene también acepciones pacíficas como el hecho de armar un rompecabezas, un aparato o armar toda una intriga para desprestigiar a alguien.
El armario es —o era originalmente— el lugar para guardar armas y el que no tiene armas está “inerme”. En cambio, cuando se firma un “armisticio” se hace un acuerdo para mantener quietas las armas, que es el significado de esta palabra de origen latino.
Ahora yo me armo de valor y me retiro, aunque el tema lo dejamos pendiente porque hay mucha “tela de dónde cortar”.
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ME PREGUNTA Dora Jiménez: en una invitación escribí “tiene el honor de invitar a Usted”, pero me dicen que se debe escribir “tiene el honor de invitarle a Usted”. ¿Cuál es la forma correcta?
LE RESPONDO: Las dos formas son correctas.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: Errar es humano, pero echarle la culpa al otro, es más humano todavía.
