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Las palabras tienen la palabra

Pequeños grandes cambios

JUAN RECAREDO.-

El catarro es un resfriado que nos acosa con abundante flujo nasal y nos hace sentir el cuerpo cortado, mientras que el cotarro originalmente es un recinto donde se da albergue a la gente pobre. Estos dos términos los relacionamos por el tango, aquel que dice: "Mocosita, no me dejes morir, vuelve al cotarro que no puedo vivir…"

Independientemente, si ha escuchado o no el tango, aquí hay que aclarar que en realidad "mocosita" no es necesariamente una chica resfriada, sino que en algunos lugares se le llama mocoso o mocosa a un niño o niña, muchachito o muchachita adolescente. Entonces, a la que le cantaba Gardel debe haber sido una chava muy joven y el galán le suplica que vuelva al cotarro, como decirle que vuelva a casa porque sin ella no puede vivir.

Otro caso: el prelado, que es un dignatario eclesiástico, puede ser obispo, arzobispo, cardenal, etc. pero si le quitamos la 'r', el dignatario se nos convierte en un pelado que, al menos acá en mis tierras norteñas, es un sujeto nada digno, de actitud vulgar y grosera, aunque en otras partes pelado es simplemente un tipo que no tiene ni un centavo.

Ya vemos que existen muchos casos en que la supresión o cambio de una letra puede darle un giro totalmente distinto a la frase. Si le dijera que mi amigo Pepe es diferente, estaría queriendo decir que es distinto a los demás de su familia, de su grupo o de algo o alguien que se tome como referencia. Y si digo que es deferente, no faltará quien piense que me equivoqué, pero deferente significa respetuoso o cortés.

¿Quiénes eran los latinos? Pues los que después fueron los romanos. Se llamaban latinos porque procedían de la región del Lacio, al norte de Grecia. Pero si alguien me dice que los latinos eran muy astutos y sagaces, entonces podré decir que los latinos eran muy ladinos, porque eso es lo que significa el adjetivo. Un tipo muy ladino es un sujeto astuto. La conclusión sería entonces que los latinos eran muy ladinos y con sólo cambiarle una letra a la primera palabra ya estaríamos calificándolos.

Si un sujeto acatarrado -sigo con los resfriados- me dijera que necesita un dogal, tal vez piense yo que se refiere a un nogal, el árbol que da las nueces, pero que al tipo la 'n' se le oye como 'd' por el resfriado, pero no. La palabra dogal existe en nuestro idioma y se refiere a una cuerda que sirve para atar al caballo o para ahorcar a un cristiano que se portó mal.

Ahora entiendo mejor la canción Presentimiento de los Hermanos Martínez Gil que dice: "esos ojos me dije son mi destino y esos brazos morenos son mi dogal" aunque me quedo con la duda de que lo dice porque considera que los brazos morenos de su amada lo tienen atado como a un caballo, o si la muchacha de plano lo quiere ahorcar…

¿Cómo la ve usted?

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] X: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Anita Díaz: ¿Es correcto decir "lo más óptimo"?

LE RESPONDO: No. Óptimo es el superlativo de bueno. Se supone que no hay algo mejor, por lo tanto, no se le puede aplicar el adverbio comparativo "más". Sería como decir: "lo más mejor" que también es incorrecto.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: La virtud es la búsqueda de la felicidad personal a través de la contribución a la felicidad de todos.

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