La ‘A’ solita es una preposición muy común en frases como “me voy a mi casa, ya no aguanto a tu mamá y no me vayas a buscar”. En muchos vocablos, la ‘A’ determina el género para hacer del doctor una doctora, al escritor una escritora y al director convertirlo en directora.
Es la representación escrita del que se ha considerado el sonido humano más natural, puro y simple: basta con abrir la boca un poco y soltar el aire haciendo vibrar las cuerdas vocales para que se produzca. Por eso mismo y por muchas cosas más, la ‘A’ es considerada la reina del abecedario.
Algo que llama la atención son las historias y leyendas a que ha dado lugar la ‘A’ por la forma gráfica triangular que tiene, supuestamente, acerca de su origen. Hay quien dice que se formó inspirada en los trípodes que nuestros antepasados prehistóricos usaban para sacar agua de un pozo, o para mover algún objeto de gran peso, antes de que se inventara la polea.
Se supone que, ante la perspectiva del gran esfuerzo que habrían de hacer, los ancestros se paraban frente al trípode y jadeaban nada más de pensarlo y el jadeo era en realidad una ‘A’ suspirante que ahora haríamos aún más expresivo poniéndole una ‘h’ junto cuando la escribimos, confiando en que la ‘h’ es muda y sólo serviría para hacer más notoria la espiración: ah… ah… ah…
Al llevar el sonido al “papel” de la época que quizá fuera una piedra o una superficie de arcilla porque todavía ni se inventaba el papel, nada más lógico que representar el sonido de la ‘A’ por la figura del trípode que sería el objeto que naturalmente para ellos lo provocaba.
En La historia de las letras de Salvador y Lodares se narra la curiosa ocurrencia que tuvo un tal Francisco del Rosal a principios del siglo XVII, quien, convencido de que la ‘A’ es la única letra que pueden pronunciar hasta los mudos, imaginó que era la representación gráfica de una lengua cortada, diseñada así para demostrar que para pronunciarla no hacía falta ni siquiera tener lengua y que, cortada ésta, bien podía producirse la ‘A’ con sólo abrir la boca y expeler una brizna de aliento.
Pues sí, pero yo creo que don Pancho sí exageró un poquito.
No muy lejos de él estuvo el erudito Salvador J. Mañer que decía que la ‘A’ nació acostada porque era la representación gráfica de una trompeta (<) y que la diseñaron así imitando la forma en que se articula, que es expeliendo el aire con los labios abiertos. Podría ser… ¿usted lo cree? Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. [email protected] X: @donjuanrecaredo
ME PREGUNTA Leo Zúñiga: ¿Cómo escribo el número 16 con letras?
LE RESPONDO: Lo correcto es una sola palabra: dieciséis. Igual sucede con el diecisiete, el dieciocho, etc. hasta el veintinueve, todos los números se escriben en una sola palabra. A partir del 31 se escriben en dos, tres o más palabras, según el número.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: El gallego estaba muy contento porque le regalaron unos esquíes para agua. Lástima que no pudo encontrar un lago en bajada.