Ya para esta fecha, en verdad espero que tenga usted todos los regalos de Navidad listos. Porque es común que la gente ande todavía el 24 de diciembre buscando aquel regalo que me faltó para la suegra, para el tío, para el jefe que siempre batallo para encontrar algún regalo porque nada le gusta… ¡Qué difícil! Pues yo se la pongo más fácil: regale un libro. Los libros son un auténtico regalo de conocimiento y el mejor entretenimiento que puede haber, como alternativa al mundo tan loco y ajetreado en el que vivimos ahora. El poeta y escritor granadino Federico García Lorca, hace muchos años, fue invitado a inaugurar una biblioteca en Fuente Vaqueros, su pueblo natal; ahí pronunció un discurso acerca de las ansias de saber, que conmueve por su fuerza y admira por su vigencia siempre actual.
García Lorca dijo: “Yo compro muchos libros, pero no tengo ninguno: los regalo todos. Si fuera hambriento y desvalido por la calle solicitando ayuda, no pediría un pan. Pediría mejor medio pan y un libro. Decir ¡libros, libros! es como decir ¡amor, amor! por eso, libros es lo que deberían pedir los pueblos, así como piden pan y lluvia”.
García Lorca dijo también que: “el insigne escritor ruso Fédor Dostoyevski fue encerrado en Siberia, entre cuatro paredes en medio de las interminables llanuras nevadas siberianas, pedía socorro a su familia, pero aunque tenía frío no pedía fuego, aunque sufría una terrible sed, no pedía agua, pedía libros. ¡Enviadme libros —suplicaba— para que mi alma no muera! Pedía libros, es decir, horizontes, escaleras para subir a la cumbre del espíritu y del corazón, porque la agonía física, biológica, natural de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco y la agonía de un alma insatisfecha, dura toda la vida”.
Siguió: “Está bien que todos los hombres coman, pero también es importante que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano, porque lo contrario significa convertirlos en máquinas al servicio del estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social”.
“Ya lo ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los más verdaderos sabios de Europa: el lema de la república debe ser la cultura, porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo, lleno de fe, pero falto de luz”.
Es un gran discurso que sigue siendo relevante a través de los años. La mejor manera de progresar es el saber, y el libro es el mejor instrumento para lograrlo.
Así que regale un libro, y bríndele la oportunidad a alguien de que encuentre un nuevo camino hacia el saber. Que tenga usted muy felices fiestas.
Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.
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ME PREGUNTA Jaime Marcos: cuando voy al mercado compro una macolla de plátanos. ¿Está bien usada así la palabra macolla?
LE RESPONDO: Sí. Una macolla es un grupo de frutos, flores, espigas o vástagos que crecen de un mismo pie.
LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA. Dijo el escritor hindú Rabindranath Tagore: “La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta”.