La leyenda del ave gigante de Baracaldo. (ARCHIVO)
Este temporada de brujas, cabe recordar las leyendas que recorren La Laguna, una de ellas es la del ave gigante de Baracaldo.
La leyenda del misterioso pájaro no es tan antigua como para remontarnos a la Revolución o la Colonia e ahí donde aquellos que no la conocen pueden estar interesados de saber que esta tuvo lugar un verano de 1975.
Un grupo de amigos realizó una reunión en la propiedad Baracaldo, ubicada en el municipio de Matamoros. Los jóvenes se colocaron en un paraje sobre la carretera que conduce a la propiedad Filipinas y en cuyo punto se ubicaban frondosos pinabetes, aunque las imágenes actuales de Google Maps muestran terrenos de cultivo y granjas de vacas.
Fue al anochecer que durante la reunión los jóvenes comenzaron a escuchar un aleteo de “unas alas enormes”, pese a haber ingerido bebidas alcohólicas su estado de ebriedad no era el suficiente como para no estar pendientes del entorno.
Los amigos intentaron ver entre la noche el origen del aleteo pero no notaron nada, hasta que un graznido rompió el silencio que se había generado entre ellos. Mientras unos corrieron de vuelta a los autos, uno prefirió investigar el origen del ruido, del que al poco tiempo escucharon gritos de dolor.
Cuando sus amigos fueron en su auxilio lo ubicaron muy malherido con el brazo lacerado y un ojo fuera de su órbita. En el trayecto para que recibiera atención médica, el joven narró que había visto un pájaro enorme que había intentado llevárselo, pero logró sujetarse de un pinabete tras lo que el ave lo hirió en el ojo.
Al día siguiente el grupo volvió para dar caza a la supuesta ave, esta vez armados con rifles. Nuevamente cerca de la medianoche escucharon quejidos el aleteo del ave y esta vez mugidos.
Quizá porque la noche era más clara este día, pero la leyenda cuenta que los jóvenes vieron a un ave cargando en sus garras a un becerro de al menos 100 kilos. El pájaro tiró al animal y bajo el resguardo de los pinabetes comenzó a devorarlo y si bien ellos aprovecharon esos momentos para disparar contra el animal e intentar matarlo, describen que las balas no le hicieron daño. En su lugar, el ave se retiró con los restos del becerro en dirección al poblado de Emiliano Zapata.
La leyenda del pájaro gigante de Baracaldo se difundió entre los laguneros, algunos de los cuales acudieron al punto mencionado para intentar avistar al ave sin éxito. En cambio, cerca de la Cueva del Tabaco días más tarde se narra que se encontraron huesos de vacas, chivas e incluso de humanos.
Desde entonces, los vecinos a Baracaldo han jurado escuchar al aleteo de un ave gigantesca.
Esta leyenda fue recopilada por Eduardo José Rivas Echeverría y forma parte del libro Habla el desierto, Leyendas de La Laguna publicado por esta casa editora en 1997.