La lluvia que se ha prolongado por dos días en la región Lagunera ha vuelto aún más difícil el camino para cientos de migrantes que están de paso en su viaje hacia la frontera con los Estados Unidos, pero no los desanima a seguir.
Con unas bolsas negras, casas de campaña, cartones y unas cobijas, es como las familias de migrantes, entre ellos varios pequeños, se resguardan de la lluvia y las bajas temperaturas.
Es así como se encuentra un numeroso grupo de migrantes que ha acampado a las afuera del Centro de Día Jesús Torres de la colonia Las Julietas de Torreón, lugar para mantenerse lejos del personal del Instituto Nacional de Migración (INM) que mantiene sus rondines cerca de los patios de Ferromex.
Entre el grupo se encuentra Saraí Quintana junto a su hijo, pareja y un primo, quienes salieron de su natal Venezuela hace cuatro meses.
Para ella, lo más difícil ha sido transitar por territorio mexicano y entre más avanza hacia el norte, la situación se torna más difícil.
“Lo más rudo ha sido México. Más que todo migración, no podemos pagar un pasaje directo porque nos bajan.
Todo es un pero, es más difícil México; todos pensábamos que era la Selva, pero es México; dijo la mujer que ha pasado por lo menos dos noches bajo la lluvia en la banqueta del Centro de Día.
Cuando el lugar abre sus puertas, encuentran comida caliente, la oportunidad de tomar un baño e incluso cambiarse de ropa seca y limpia.
Saraí compartió que desde que salieron de Arriaga, en el estado de Chiapas todo ha sido más complicado. “De Arriaga para acá se nos pone más difícil. En Tapachula (Chiapas) sí puedes pasar por enfrente de Migración, pero de Arriaga para acá no puedes pasar por enfrente, tenemos que rodear migración”, compartió.
La intención de su familia y demás compañeros, es salir de Torreón caminando, “de pueblo en pueblo” dijo, para tratar de no ser tan visibles para los agentes de migración.
Su idea es llegar a Gómez Palacio y de ahí abordar un camión que los pueda llevar a Chihuahua y de ahí lo más cercano a la frontera.
En tanto no puedan viajar, seguirán acampando a las afueras del Centro de Día esperando que el clima sea más benévolo. Mientras tanto, lanzan un llamado de ayuda a la ciudadanía con ropa, sobre todo para niños así como calzado, pañales y toallas húmedas para poder seguir ya que su equipaje se ha visto dañado por la lluvia.
“Porque se no ma ha mojado todo”, dijo con tristeza la mujer, que espera llevar a los Estados Unidos en busca de tener una vida mejor lejos de su natal Venezuela.