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Los apodos de los famosos

J. Salvador García Cuéllar

Un apodo es el nombre que se le da a una persona en sustitución del propio. Esto sucede en el bajo mundo, es decir, en el ambiente de los delincuentes y malandros, pues para no ser identificados por las autoridades ministeriales o policiacas, se hacen llamar de una manera distinta a su nombre propio. Pero el fenómeno de los apodos se da en muchos otros ámbitos, como en el de los deportes y la farándula, aunque por razones distintas a las de los facinerosos.

En estos casos, muchas veces el apodo se toma como el nombre profesional, debido a que el susodicho es más conocido por su designación sustituta que por la propia. Es común que algún nombre fácil de recordar sustituya al de pila para que un determinado miembro de la farándula se dé a conocer con más rapidez y amplitud. Así, a Juan Luis Lodoño Álvarez se le conoce más comúnmente como Maluma, y creo que es mejor de esta manera, pues si se le mencionara en todas las ocasiones con su nombre propio, no tendría el éxito que de hecho tiene.

Desde hace mucho tiempo los apodos o nombres profesionales han acompañado a los famosos, y en épocas ya pasadas, había ciertas reglas no escritas para nombrar a los artistas y deportistas. Tal vez esas reglas sigan vigentes, aunque no de manera estricta.

Por ejemplo, los toreros, especie en vías de extinción, tenían su apodo después del nombre completo. Todos recordamos a Luis Castro, el Soldado; a Miguel Baez, el Liti y a Manuel Benítez, el Cordobés. En todos los casos, y siempre que se les mencionaba, el apodo venía una vez que se había dicho el nombre y el apellido ¿lo recuerda?

En cambio, si seguimos con la regla no escrita, a los boxeadores se les ponía (y actualmente eso sigue sucediendo) el apodo entre el nombre de pila y el apellido. De esa manera conocimos a Raúl, el Ratón, Macías, y actualmente a Saúl, el Canelo, Álvarez, quien legalmente se llama Santos Saúl Álvarez Barragán.

También los futbolistas y beisbolistas tienen apodos, pero en este caso el sobrenombre va en lugar del nombre y antes del apellido. Entre éstos recuerdo al Chanquilón Díaz, a Charolito Orta (ambos beisbolistas), y a los futbolistas el Halcón Peña y la Tota Carbajal.

Por su parte, los artistas se nombran mencionando primero su nombre y apellido, y por último el apodo, por ejemplo Adalberto Martínez, Resortes; Gaspar Henaine, Capulina y Fernando Soto, Mantequilla, ¿se acuerda de ellos?

Como lo dije al principio, se trata de reglas no escritas, pero que se cumplían (y algunos todavía lo hacemos) mejor que los mandamientos de la ley de Dios o el Código Penal Federal, tal vez porque se trata más bien de una costumbre tan arraigada que se convirtió en una ley.

Cualquiera, si así lo desea, puede mencionar a Saúl Álvarez, el Canelo; o a Manuel, el Cordobés, Benítez; o a Jorge Orta, el Charolito, pero de inmediato lo percibiremos como extraño, todos rechazamos estas nomenclaturas por "incorrectas", así, entrecomillado.

Sabemos que los periodistas pueden mencionar a las estrellas con el nombre y el apodo en cualquier orden sin caer en incorrección, pero estoy seguro que el editor de algún periódico o revista, impresa o en la red, corregirá la secuencia, y si se trata de boxeadores, pondrá el apodo entre el nombre y el apellido; si se refiere a toreros censurará el nombre escribiendo el apodo después del apellido, y cuando se hable de beisbolistas o futbolistas, el editor pondrá cara muy seria si no ve el apodo en vez del nombre, porque él sí sabe cómo se menciona a la gente.

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Escrito en: Mirador ARMANDO FUENTES AGUIRRE 'CATÓN'

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