'Los muros del paraíso', una obra teatral para despedir el 2024
La obra se montó en una de las terrazas de Casa La Morelos. Fiel a su tradición, la compañía LOLA MAR empleó al propio edificio como escenario. En lugar de telón, aguardaba el ladrillo y la talavera, la serie de luces que arqueadas cruzaban al público de manera cenital. Tercera llamada. Los actores salieron a escena, bajo el manto nocturno, para encarnar una historia, para despedir el año.
Los muros del paraíso es una obra teatral dirigida y adaptada por Enrique Esquivel. El texto se inspira en La señorita Julia (1889), del dramaturgo sueco August Strindberg, y cuenta con la participación de los actores Estefanía Marrufo (Julia) y Arturo Aranda (Juan), el apoyo técnico de Monserrat Fernández, además de la producción de la propia Marrufo.
“La señorita Julia es la obra que abre todo un estilo naturalista de actuar, que es lo que de pronto encontramos en el cine, esta manera natural que parece que no estamos viendo actores, sino a los personajes. Eso, básicamente, arranca con Strindberg, esta forma natural de actuar en situaciones extremas. Es fascinante, realmente, porque es un ejercicio donde los actores prueban su capacidad de gracia en el escenario y el director prueba el hecho de poder convencer al público de que lo transporta a esa maravillosa noche donde suceden una serie de cosas”, compartió Enrique Esquivel en entrevista.
Con dos funciones presentadas el pasado jueves 26 de diciembre en Casa La Morelos, en lo que fue la despedida del foro cultural El Chiosco, la historia muestra a Juan, un mayordomo de una familia acaudalada. El hombre es abordado por Julia, la hija de su patrón, quien le coquetea en la última noche de 1899, es decir, en la última noche del siglo. En su conversación surgen temáticas como los conflictos existentes en las clases sociales, esos muros físicos o imaginarios capaces de separar a las personas por su credo, preferencia sexual o condición social.
“La obra tiene que ver, al menos con la interpretación que hacemos, con las barreras que hay entre las personas que se desean y se quieren amar. Entonces, este mundo de barreras, sea por la sociedad, por el trauma, por condición social que se vive, y que impide el hecho de que pueda haber la posibilidad de un amor, del cumplimiento de un deseo. Aquí son personajes que pertenecen a una clase social diferente, a un mundo completamente diferente, y, sin embargo, se desean de una manera muy intensa; cultivan en su interior el deseo de poder amarse en un mundo que no se los permite”.
Hay un miedo latente, un temor a ser descubiertos. ¿Qué dirán los demás? ¿Qué consecuencias tendrá el hecho de que Julia y Juan sean descubiertos? Hay que arriesgarse, dice uno. No hay que hacerlo, dice el otro. Pero como lo indica uno de los diálogos, lo extraño es creer que nada podemos arriesgar, todo en la vida es un riesgo.
LOLA MAR ha sido una compañía caracterizada por sacar el teatro de las salas tradicionales y llevarlo a los edificios históricos de Torreón. Lo ha hecho en lugares como el Museo de la Revolución, el Hotel Río Nazas, Casa Mudéjar, además de bares y cafés. En 2025, innovará con la implementación de localizaciones secretas.
“Nosotros pensamos que el teatro no es estar encerrados en un recinto teatral, sino venir a un lugar y convertirlo en teatro”.