El centrocampista del Almería Luka Romero (d) controla el balón ante el centrocampista del Atlético de Madrid Pablo Barrio durante el partido de LaLiga entre la Ud Almería y el Atlético de Madrid celebrado este sábado en el Power Horse Stadium de Almería. EFE
Y si había alguna duda de que el Atlético de Madrid aún podía ser un candidato al titulo, Luka Romero se encargó de despejarla. El jugador argentino, en su primera titularidad con el Almería, desconectó por completo al conjunto de Diego Simeone, que empató 2-2 para terminar a diez puntos del Real Madrid, que podría aumentar la renta hasta los trece si gana al Sevilla.
Esa distancia, salvo milagro, es absolutamente insalvable para el Atlético de Madrid. Y, además, la cuarta plaza peligra. Sólo tiene una renta de tres unidades sobre el Athletic a quien se enfrentará esta semana en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. Todo peligra para los hombres de Simeone: el adiós a la Liga parece evidente y la imagen ofrecida ante el Inter y contra el Almería no invitan al optimismo en la Liga de Campeones y en la Copa.
En esta ocasión, días después de especular en San Siro ante el Inter con derrota (1-0), fue incapaz de ganar al único equipo de la Liga que aún no ha ganado ni un partido y que está desahuciado con sólo nueve puntos en el pozo de la tabla. El culpable del tropezón de los hombres de Simeone fue Luka Romero, que con dos golazos provocó otro pinchazo del conjunto rojiblanco.
Extrañamente suplente en todos los partidos desde que llegó procedente del Milan en el mercado de invierno, se sacó de la chistera dos zapatazos que anularon los tantos de Ángel Correa y Rodrigo De Paul. El primero, un latigazo desde fuera del área que sorprendió a Oblak en el acto inicial. El segundo, con el exterior del pie, asombró al público del Estadio de los Juegos Mediterráneos, que aunque sigue sin conocer el sabor de la victoria, por lo menos se fue satisfecho con la actuación de un equipo que volvió a retratar el irregular estado del Atlético de Madrid. Sobre todo fuera de casa, donde últimamente acostumbra a mostrar su imagen más rácana pese a que pudo llevarse la victoria con una ocasión clarísima al final que desperdició Morata.