(EFE)
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sancionó ayer lunes los presupuestos generales de 2024 con un veto que recorta en 5,600 millones de reales (1,120 millones de dólares) los recursos para los proyectos de parlamentarios en sus reductos electorales.
La decisión puede enturbiar la difícil relación entre el jefe de Estado y el Congreso, de mayoría conservadora y liberal, y que el Gobierno necesita para sacar adelante los proyectos de ley y demás iniciativas de su autoría.
El mandatario progresista justificó su veto sobre la base de que el cálculo de esa jugosa partida presupuestaria se hizo con una previsión del índice de inflación superior a la actual, que según el mercado financiero rondará el 3.9 % en 2024.
Así, las llamadas 'enmiendas parlamentarias', recursos destinados para que los diputados y senadores realicen proyectos en sus feudos electorales, generalmente para mejorar las infraestructuras, caen desde el récord de 53,000 millones de reales (10,600 millones de dólares) aprobado por el Congreso a cerca de 47,500 millones de reales (9.500 millones de dólares).
Sin embargo, el veto de Lula puede ser anulado por el propio Parlamento, como planteó ayer lunes a los periodistas el diputado Luiz Carlos Motta, relator de los presupuestos para 2024.
Los presupuestos generales para este año fueron aprobados por el Congreso el pasado 22 de diciembre y Lula tenía de plazo hasta este 22 de enero para sancionarlos.