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Locaciones distintas, pero una misma ciudad. La noche del sábado estuvo llena de música en la Ciudad de México. La llamada “Reina del Pop” regresó a tierras aztecas tras ocho años de su último concierto en México (con Rebel Heart Tour).
Esta ciudad fue una de las sedes elegidas para llevar su The Celebration Tour y ayer fue el primero de cinco conciertos.
Madonna es la reina, y ante eso vale la pena todo: cruzar la ciudad con tránsito, con vestidos de novia en honor a Like a virgin y aguardar, así la espera sea tan eterna como las 10:32 de la noche, más de media hora antes de lo acordado.
Pero valió la pena cuando deslumbró al aparecer como un ángel con una aureola dorada sobre su cabeza.
Madonna subió al escenario del Palacio de los Deportes la noche de este sábado para demostrar que la juventud del alma es simbólica, mientras entonó Nothing really matters.
Todos se rindieron para adorarla, olvidando la impaciencia de minutos antes, deleitándose con la energía positiva que emanó la “Reina del pop”, rendidos ante ella coreando “Madonna, Madonna”, haciendo “la ola” en señal de emoción.
El show arrancó con una drag queen que hizo un recuento por la carrera de la cantante, y luciendo un vestido como el de Vogue.
Casi al inicio, Madonna quiso hablar de Frida Kahlo, mostrar su admiración en su tierra, y eso fue algo que sus seguidores reconocieron con aplausos y gritos.
Esta es la gira número 12 de su carrera, con la que celebra 40 años de trayectoria musical.
El tour, que arrancó en octubre de 2023 en Londres, está integrado por siete bloques, entre los que la cantante interpreta alrededor de 26 canciones que hacen una retrospectiva de su trayectoria.“México, welcome to my celebration”, dijo la diva antes de cantar Into the groove y proseguir con otros éxitos de como Die another day y La Isla Bonita.
Empodera a fans
Ellos y ellas vistieron de novia: con un largo velo blanco y corset. Sin embargo, el encuentro nupcial no era tal, era más bien el look elegido para el primer concierto de su ídola en la Ciudad de México.
Los fanáticos lucieron el icónico atuendo que la diva inmortalizó en su sencillo Like a virgin (1985), como Elizabeth Moreno, quien desde los 11 años encontró en Madonna una figura a quien seguir.
INTERPOL
En otra parte de la ciudad la banda Interpol hizo corear sus canciones a más de uno. En punto de las 20:00 horas, Interpol se escuchó en el escenario del Zócalo capitalino. Los primeros acordes de C’Mere, una de las canciones más queridas de la banda, empezaron a sonar y aunque era sólo una reproducción del tema, el público comenzó a corear y a emocionarse con la canción.
Pero Paul Banks y compañía no salieron al escenario sino cinco minutos después de la hora prometida, puntuales ante los asistentes que de inmediato sacaron sus celulares para grabar el momento y a un teclado anunciado al grupo que reafirmaba su vínculo con México.
“Hello, muchas gracias”, fueron las primeras palabras de Banks, vocalista del grupo, y con ello bastó para que todos los fans estallaran de la emoción; fue entonces cuando una guitarra eléctrica, melódica pero agresiva, retumbó en el lugar.
Elegantes como de costumbre, pero con una actitud agresiva, pusieron a una multitud de gente a bailar, brincar, y levantar los brazos al mismo momento, siguiendo el ritmo acelerado de cada uno de sus temas.
Lentes oscuros, trajes negros, corbatas, camisas blancas, contrastaron con la energía que dejaban en el arranque del concierto, su primero gratuito en la capital, principalmente Sal Fogarino atacando la tarola de forma intrépida con una luz que emanaba detrás de él, como si se estuviera viendo al grupo a través de una sábana.El público hizo su parte; justo frente al escenario no había espacio para un solo fan más.