Manuel Medina Pegram, una mirada fotográfica hacia el universo
Tenía menos de 10 años de edad cuando su padre le compró un telescopio. Ante la oscuridad de la noche, ambos se arrojaban a mirar el cielo; observaban los astros, las estrellas, los rastros de polvo cósmico y la emoción subía al localizar algún planeta. Manuel Medina Pegram no olvida aquellos momentos.
En una ocasión, el astrónomo aficionado decidió adelantarse a su padre y tomó el telescopio sin su permiso. Con el ojo en la mirilla, exploró el firmamento y se encontró con Saturno. Los anillos de ese planeta lo deslumbraron. Sintió orgullo por su hazaña y decidió dejar la prueba para que su padre se percatara de lo que había hecho.
“Tal fue mi emoción que dije aquí voy a dejar el telescopio. A ver cómo me va, pero que vea mi papá que encontré a Saturno. Cuando llegó a la casa, lo llevé a ver, vio a Saturno y le gustó muchísimo. Desde entonces tuve libertad de tomar el telescopio por mí mismo y observar, aunque no estuviera él”.
Entre los aficionados a la astronomía, Saturno es conocido como “la joya del Universo”. Verlo por primera vez supone un momento inolvidable. Su belleza desborda las imágenes generadas a partir de fotografías e ilustraciones.
“Cuando uno lo ve en vivo, cuando uno lo está viendo —aunque en el telescopio se ven menos detalles de lo que podemos ver en las fotos—, es un objeto que cautiva”.
Fiel ferviente del arte fotográfico, fue hace apenas dos años que Manuel Medina Pegram, ingeniero químico de profesión, comenzó a adentrarse en la astrofotografía. Eso le dio oportunidad de conocer a más personas que compartían su afición, como Jorge Machuca (presidente del Grupo Astronómico Gómez Palacio) y Eduardo Hernández (director de Planetarium Torreón).
“Yo no tenía ni idea. Empecé a querer tomar fotos del Universo con mi cámara y adaptarla a mi telescopio, pero no sabía lo que estaba haciendo realmente. No, sabía lo que se necesita para tomar buenas fotos del universo”.
Captar los elementos que conforman el cosmos le parece una maravilla, pues estos son invisibles a simple vista, pero una vez fotografiados, gracias al esfuerzo y la paciencia, revelan nuevas perspectivas para contemplar la existencia.
Muestra fotográfica
Debido a su manera de capturar el Universo, Manuel Medina Pegram fue invitado a montar una exposición en Plaza Cuatro Caminos, donde muestra cinco fotografías.
Una de ellas comparte a una nebulosa conocida como “Cabeza de la bruja” (pues asemeja esa forma) perteneciente a la constelación de Eridanus. En esa misma imagen aparece una estrella muy brillante llamada Rigel, perteneciente a la constelación de Orión.
“La misma imagen abarca dos constelaciones y dos objetos diferentes del cielo […] Es una zona muy bonita, además tiene a sus alrededores nebulosos que emiten los gases ionizados del hidrógeno. Esos hubo que captarlos con más horas de exposición y con filtros que separan el gas”.
Capturar esas imágenes no es tarea sencilla. Se requieren horas de exposición para inmortalizar el encuadre perfecto. En palabras de este amante de la astronomía, todos los seres humanos se han preguntado que existe en la infinitud del universo, pero solo pocos tienen la paciencia y dedican tiempo a descubrirlo.
“¿Por qué mirar al cielo? Lo que más nos separa del resto del reino animal es nuestra conciencia. Nosotros nos preguntamos qué hacemos aquí, por qué estamos aquí o cómo fue que existimos, ¿verdad? Es imposible pasar tu vida sin contemplar el Universo y cuestionarnos algunas cosas”.
Para el eclipse del próximo 8 de abril, Manuel Medina Pegram asistirá con su telescopio a la explanada del Planetarium Torreón. Se trata de una fecha para la cual se ha preparado desde hace tiempo.
“Voy a hacer mi máximo esfuerzo para lograr las mejores escenas que pueda del eclipse. Ya tengo rato preparándome para hacer pruebas y pueda lograr fotografiarlo”.
Su exposición en el centro comercial permanecerá hasta la tercera semana de abril.