Martha quien vive en el ejido Santo Niño Aguanaval relata lo que vivió tras la inundación

“Esto ya valió, ya dejen todo y vámonos” fue la reacción de Martha una de las afectadas por la inundación que la madrugada del martes se registró en ejido Santo Niño Aguanaval de Matamoros, incluso dice que para ponerse a salvo, junto con sus vecinos y apoyados por los policías utilizaron un “mecate” para sacar a los niños y así evitar que la corriente los arrastrara.

La señora relató que “hasta eso” los policías y bomberos llegaron desde muy temprano la comunidad para evacuar las viviendas que quedaron bajo el agua, ya que comenta que empezó a llover empezaron a llamar a las autoridades para que acudieran a auxiliarlos.

Platica que, al salir a la calle el agua les llegaba en la cintura, incluso los militares trataron de accesar con una unidad de “llantas altas”, para sacar a las personas, pero tuvieron que entrar a las viviendas caminando, como lo hacían los policías y bomberos para apoyar a la ciudadanía.

Comparte que a un vecino de la tercera edad, un día antes lo había picado una víbora y pese a que la situación en la que estaban los domicilios el señor se negaba a salir de su casa, pero uno de los militares prácticamente lo obligó, ante el temor de que la humilde construcción se viniera abajo y es que la señora comparte que la negativa de dejar sus casas era de casi todas las personas de la tercera edad.

“Empezó a llover como desde las tres de la mañana y pues toda el agua entraba y lo que hice fue que a las camas les puse block y pos a sacar el agua con botes, pero seguía subiendo y cuando vi que se empezó a meter al baño y salí de la casa y vi que ya estábamos rodeados de agua, les dije a mis hijos; esto ya valió, así dejen todo ya vámonos y pos nomás alcance a poner una televisión y un estéreo en la barra que está en la cocina, ya no alcance ni a buscar los papeles, todos se me mojaron”, recuerda

Aunque para ayer miércoles los niveles de agua ya había bajado, la zona afectada todavía es inaccesible, aunque hay personas que decidieron regresar a sus viviendas para limpiarlas y en la medida de la posible normalizar sus actividades.