México y diversos países de América Latina (Chile, Perú y Ecuador) fueron los primeros en adoptar un enfoque patrimonialista y soberano de las enormes riquezas marinas y oceánicas en sus costas, impulsaron decisivamente diversos foros de expertos internacionales para consolidar la creación de una Zona Económica Exclusiva inspirados en el derecho legítimo que les asistía a estos países costeros de explotar racionalmente y preservar en beneficio propio los recursos pesqueros, minerales en los fondos marinos como es el petróleo y los nódulos polimetálicos.
Nuestro país decretó unilateralmente en 1976 el establecimiento de un mar patrimonial de 200 millas náuticas. Esta conducta fue seguida por diversos países y fructificó en un Tratado Internacional en Montego Bay en 1982; de esta manera la nación duplicó su soberanía.
El Estado mexicano estableció por primera vez su mar territorial en el Tratado de Paz, amistad y límites conocido como el “Tratado Guadalupe Hidalgo”, celebrado con los Estados Unidos en 1848. En este instrumento se ratificó con el país del norte, una distancia de tres leguas que equivalen a nueve millas náuticas, en el Artículo V de dicho Tratado, estipulando que “La línea divisoria entre las dos Repúblicas comenzará en el Golfo de México, a tres leguas fuera de tierra frente a la desembocadura del Río Grande o Río Bravo del Norte”.
Las heridas sufridas como consecuencia de nuestra falta de unidad y patriotismo fueron plasmadas en diversos instrumentos: Tratado Guadalupe Hidalgo, Tratado de la Mesilla 1853, laudo que perdió, en beneficio de Francia, la soberanía territorial de la isla de la Pasión, ahora conocida como Clipperton.
Las características físicas y geográficas de nuestro país, es que es eminentemente oceánico y marítimo. Bañan sus costas enormes litorales con una extensión de más de 10,000 km² a lo largo del cual se extiende su mar territorial de 12 millas náuticas, es decir 22.22 km de anchura. En este espacio el Estado ejerce soberanía plena. La geografía le ha dotado al país de 2.3 millones de hectáreas de lagunas costeras, aguas estuarinas y archipelágicas. Medio millón de km² de plataforma continental submarina, abundante en yacimientos de minerales, hidrocarburos y gas natural.
Por si fuera poco, mediante iniciativa de decreto enviado al Congreso por el Presidente de la República de aquel entonces, el Lic. Luis Echeverría Álvarez, adicionó el Art. 27 constitucional, estableciendo la multicitada Zona Económica Exclusiva situada fuera del mar territorial y adyacente a éste (Diario Oficial de la Federación, 6 de febrero de 1975), estableciendo así una zona marítima de 200 millas náuticas (370.40 kilómetros), espacio marítimo que comprende 3.5 millones de km². Sumado el espacio de la Zona Económica Exclusiva (3 millones 149.920 km²), y la superficie del territorio nacional (1 millón 964.375 km²), la república posee un espacio soberano de cinco millones 114.295 km² (mapa de reporte INEGI). Actualmente se hace mención a una nueva “Marcha al Mar” con visión de futuro para explotar racionalmente las enormes riquezas de nuestro mar patrimonial (ZEE).
Está pendiente una nueva iniciativa de ley al Congreso de la Unión para adicionar el Art. 27 Constitucional, el cual proclame que el Golfo de California es en toda su extensión un mar mexicano y, por lo tanto, un espacio de soberanía plena.
Habrían de transcurrir más de 50 años para que la III Conferencia del Derecho del Mar resolviera el dilema de la anchura del mar patrimonial, que quedaría definida en la convención de Montego Bay, en la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar el 10 de diciembre de 1982, día en que la Convención se abrió a la firma de 119 delegaciones, lo que constituye un triunfo de la diplomacia mexicana y de destacados juristas que ya hemos mencionado, que lograron finalmente la firma de un Tratado del Derecho del Mar y constituye el Nuevo Derecho Internacional de los Mares.