'¡Mira nomás!, yo estoy sufriendo y tú estás alegre', madre a su hijo fallecido
Si hay un dolor que resulta inimaginable para una madre es la pérdida de un hijo. “La ley de la naturaleza dice que los hijos deben enterrar a sus padres y no al revés”, dice Juana, mientras sostiene una sombrilla y llora desconsoladamente en la tumba de su hijo Moisés Eduardo, que murió a los 40 años de edad el 27 de diciembre del año pasado.
Minutos después de las 10 de la mañana de este viernes, Día de las Madres, Juana llegó desde la colonia Lázaro Cárdenas al panteón municipal No. 2 de Torreón para visitar a Moisés. Le llevó unas gladiolas rojas y las colocó sobre una cruz de lámina de color blanco que le hicieron sus otros dos hijos.
“Él nunca se casó, vivía conmigo y cada 10 de mayo era el primero que me abrazaba, ¿yo qué le puedo decir de mi hijo?, era un santo, era muy bueno, no tomaba, no fumaba, era muy bonito. Murió de un infarto, de repente salió al centro y cuando llegó a la casa se murió.
Primero lo llevamos con un médico particular porque se sentía mal y nos dijeron que era gastritis y ya cuando llegamos a la casa le di la dieta que nos dieron, se sentó en la mesa y en eso se cayó solo, pero no quería morir solo porque ese día le dije ‘deja voy al médico para ver por qué no se te quitó el dolor’ y me dijo ‘no te vayas’, lo llevamos a curar, pero yo ya sabía que estaba muerto”, narró Juana.
Dice que acepta la voluntad de Dios pero que la pérdida de Moisés es una experiencia muy dolorosa y ha sido muy difícil aprender a vivir con su ausencia. “Mi Moisés ahorita está muy contento porque vine a verlo, siempre lo voy a recordar bien feliz, alegre y amable. Hoy vamos a hacer una comida en la casa para festejarme pues y darle a mi mamá, ya dejé el pollo cocido, voy a hacer un mole y la sopa que voy a hacer con crema, Moisés se ha de estar riendo y diciéndome ‘ay no se te quita’”, dijo la mujer con una sonrisa.
Acto seguido, tarareó una de las canciones favoritas de Moisés: La niña está triste, de Leo Dan. “La niña está triste, qué tiene la niña, qué puedo yo hacer, para que sonría...¡ay mijo!, en vez de que vengas tú a verme al panteón, vengo yo, ¡mira nomás!, yo estoy sufriendo y tú estás alegre, yo sé que sí, me duele mucho pero acepto la voluntad de Dios”, expresó.
Finalmente, Juana contó poco después del fallecimiento de Moisés, su hija Lizbeth de 34 años le dio la noticia de que se convertirá en madre. El médico les dijo que será un varón. “Se va a llamar Moisés Eduardo, sentí bien padre, es una gran emoción. Y es un milagro eh, porque ella estaba mala de la cintura y no podía embarazarse, Dios se llevó a mi hijo y me mandó un nieto”, concluyó.