San Tomino es un santo del cual muy raras veces se oye hablar.
Nació en Capadocia, en el siglo III de la era que curiosamente se llama cristiana. Desde niño mostró una gran fe religiosa; creía que la flagelación ayuda a librar el alma de los deseos del cuerpo. Pero no se flagelaba él mismo: su padre tenía esclavos, y Tomino los flagelaba a ellos a fin de librarse de las tentaciones.
A los 20 años de su edad se retiró al desierto. Ahí vivía en una cueva junto con tres hermosas mujeres. Decía que eran sus tentaciones, y quería probar si ya las había vencido. Al parecer la flagelación de los esclavos no dio resultado, pues cada noche el anacoreta caía en una de sus tres tentaciones.
Ahora ya nadie cree en la flagelación, salvo algunos pueblos atrasados y unos cuantos fanáticos a quienes vendría mejor un tratamiento por electroshock. En las tentaciones todo mundo cree, y cae en ellas con la misma asiduidad que San Tomino.
¿Por qué llegó a ser santo este hombre pecador? Algunos teólogos opinan que alcanzó la santidad porque después de cada deleite de la carne daba gracias a Dios. Es una mera hipótesis, naturalmente, pero no hay ninguna otra explicación.
¡Hasta mañana!...