Malbéne, el controvertido teólogo, publicó en la revista Lux et Vita un artículo que causó escozor entre sus colegas lovanienses.
En él dice lo siguiente:
". Los mártires no prueban nada. Cada religión tiene los suyos, lo mismo que cada nación. Morir por una causa es elogiable, pero hallo más mérito en vivir para ella. El supremo valor es la vida. Quien se entrega al martirio como vía de salvación atenta contra la vida que su creador le dio. Por mi parte no tengo vocación de mártir. Si la tuviera iría contra mi instinto de conservación. Primero es el ser que el creer.".
Es difícil estar de acuerdo con Malbéne, pero a mí me resulta más difícil estar en desacuerdo con él. Ortodoxo de la heterodoxia, su único dogma es el antidogmatismo. A veces no lo entiendo, pero nunca me desentiendo de él. Recojo sus palabras: "Me gusta desatar la polémica. Sobra quienes la atan".