De la misma manera en la que Stradivarius es un nombre asociado al mejor violín creado por el hombre, Steinway lo es para el piano. La leyenda inicia en pleno siglo XVIII en Alemania con Heinrich Engelhard Steinweg que viviera entre 1797-1871. Nace en el seno de una familia obrera alemana. A los 15 años queda huérfano y más tarde se alistará en el ejército que derrotaría a Napoleón en Waterloo donde su tarea era tocar el clarín de ataque. Al finalizar la guerra se desempeñará como aprendiz en una fábrica de órganos donde, por cierto, haría algunas innovaciones en la estructura tubular de los instrumentos.
La vida lo llevaría a desempeñar oficios que a la postre darían resultados muy interesantes.
Por un lado, sabía hacer órganos y por otro también tendría la oportunidad de adiestrarse en la construcción de muebles.
Figúrense entonces lo que saldría de la ecuación. Un carpintero que sabe hacer órganos. El resultado es obvio: Un piano. Como empezó a lograr cierta estabilidad económica pudo casarse y pues, ya podremos imaginar cuál fue el regalo de bodas: Un piano…, pero realzado con sus propias manos.
Ésa sería su profesión en el futuro. Pudiendo bautizar de mil maneras a su primer modelo, decide llamarlo el “Piano cocina”, argumentando que lo llamó así por haberlo construido en ese lugar de la casa. Menos mal que no lo construyó en otra parte… Éste oficio inmediatamente fue pasado, como era de esperarse a sus hijos con quien logrará lograr una producción de 10 pianos al año. Sin embargo, llegaría la revolución burguesa del 48, trayendo consigo incertidumbre e inestabilidad económica.
Ello genera que la familia emigrara a Nueva York atraídos por un rumor que rezaba: “En cada casa de Nueva York hay un piano”. Inició construyendo tablas armónicas para pianos hasta que abriéndose paso poco a poco lograron vender su primer piano en EEUU, que en realidad era ya el número 482 en su vida. Así, americanizan su marca cambiando de Steinweg a su símil en inglés Steinway & Sons, o Steinway e hijos.
Tal fue el éxito alcanzado por Steinway & Sons, que llegaron a construir una sala de conciertos llamada Steinway Hall. Pero lo interesante es que no sólo se daban conciertos, sino que era a su vez una sala de exposiciones donde se mostraban los últimos modelos creados e innovados por la familia. Una de estas innovaciones fue el primer piano de cola con armazón de hierro fundido en una pieza. Para 1880, su hijo Theodor abriría otra fábrica de pianos en Hamburgo que se encargaría de satisfacer la demanda europea.
Con el objetivo de crear los mejores pianos del mundo, Steinway & Sons realiza importantes investigaciones sobre la física del sonido y de los materiales lo cual ha hecho que su sonido sea simplemente inigualable por otras firmas.
Resulta increíble saber que, desde su gestación, muchos músicos se atrevieron a afirmar que el piano pasaría de moda y que sus días estaban contados. Sobra decir que las mejores salas de conciertos, y los solistas más exigentes, han hecho del piano Steinway, el medio para poder hablarle a los dioses en su idioma. Música en un Suspiro.
