Estrenado en 1892 en San Petersburgo, se trata del 3o de sus ballets seguido de El lago de los cisnes y La Bella durmiente.La primera historia que se conoce de El Cascanueces está basada en el libro de cuentos de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, titulado "El Cascanueces y el Rey de los ratones" de 1816. Sin embargo, el argumento que daría vida años más tarde al ballet de Tchaikovsky, deriva de una adaptación que hiciera Alejandre Dumas (padre) del texto de Hoffmann. La coreografía estuvo a cargo Marius Petipa, bailarín, coreógrafo, maestro y desde entonces considerado el "padre del ballet clásico". Llama la atención que fue Marius Petipa quien giró instrucciones muy precisas que Chaikovski debía considerar para escribir el ballet: 64 compases de música que debía ser grata al oído.
Un árbol de Navidad encendido con 8 compases de Música chispeante. 24 compases de música alegre la entrada de los niños. Algunos compases de trémolo para generar un ambiente de sorpresa. Una marcha de 64 compases y 16 compases rococó además de una galopa.
Pero vayamos a la historia. Nos encontramos en la víspera de Navidad en el hogar de la familia Stahlbaum. Impacientes, los pequeños esperan que se encienda el árbol de Navidad.
Entre los invitados que llegan a la casa de la familia Stahlbaum se encuentra el Padrino Drosselmeier, habilidoso relojero, artesano y fabricante de juguetes. Éste llega vestido de mago con un regalo para los niños: un teatro de marionetas. Tanto es el derroche de alegría, que, hasta los abuelos, de forma grotesca, también tratan de bailar. Las marionetas Colombina, Arlequino y Saracinos bailan también. Todos están muy emocionados cuando el mago se quita su máscara: es el padrino Drosselmeier. Clara y Fritz, los niños Stahlbaum que les regale las marionetas, pero éstas ya se las han llevado. En su lugar les regala un ridículo muñeco cascanueces. Fritz arrebata el muñeco a Clara y lo rompe. Ésta le consuela echándole en la cama.
La fiesta termina y los invitados se despiden. Ha anochecido y la habitación donde se encuentra el árbol adquiere un aire misterioso, casi milagroso. Asustada, Clara va a ver a su Cascanueces enfermo. Melancólica observa como un búho se convierte en Drosselmeier mientras la mira con una sonrisa burlona. A su señal, del suelo aparecen ratones encabezados por su Rey. Clara quiere huir, pero las fuerzas la abandonan y sólo consigue acercarse al árbol que muy deprisa empieza a crecer, mientras todo a su alrededor cambia.
Los soldados de plomo cobran vida y, encabezados por Cascanueces, inician una batalla contra los ratones. Las fuerzas son desiguales, van venciendo los ratones cuando Cascanueces se queda sólo ante el ejército de roedores. Clara lanza un zapato al Rey de los Ratones y consigue ahuyentarlos. Cascanueces yace en el suelo. Clara se acerca a él: es un joven príncipe. Él la mira y agradece su ayuda. La habitación se convierte en un bosque invernal donde los copos de nieve bailan mientras una estrella del árbol atrapa a Clara y al Príncipe Cascanueces como en un sueño, introduciéndolos en una carroza que les conducirá hasta la cima del árbol. Juntos inician su viaje hacia la cima del árbol, pero los ratones les alcanzan reanudando una nueva batalla. En esta ocasión Cascanueces sale vencedor. Llegan al reino de los muñecos donde son recibidos por doce pajes. El Príncipe narra lo sucedido y cuenta como Clara le salvó, motivo por el que todos muestran su agradecimiento, celebrando una gran fiesta en honor de ambos. Se despiden del reino de las Nieves y siguen su camino por el Río de la Limonada hasta llegar al Reino de las Golosinas donde la Reina de los Dulces los espera con un festín en su honor donde bailarines de distintas partes del mundo actúan para ellos.
Finalmente, el mundo de ensueño de Clara se desvanece y ella se despierta dándose cuenta que todo ha sido un sueño.Navidad en un Suspiro.