Acabo de visitar la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), uno de los eventos literarios más importantes en América Latina, que atrae a más de 800 mil visitantes cada año. Es una fiesta en todo sentido para quienes forman parte de la cadena del libro, por mencionar a algunos: autores/as, traductores/as, correctores/as, editores/as, ilustradores/as, diseñadores/as, agentes literarios, periodistas culturales y obviamente, lectores/as de todas las edades, gustos e intereses, pues aparte de los stands de venta de libros cuenta con un amplísimo programa de actividades en el que abundan las presentaciones de libros, las firmas de autores/as, charlas, debates, conferencias y talleres. Además, una cartelera de cine, conciertos de música y exposiciones de arte e incluso culinarias y de artesanías, según el país invitado.
Este año España fue la invitada de honor. Por tanto, pudimos admirar editoriales en castellano en buena parte del espacio del área internacional. Una de las ventajas obvias con este país es que compartimos el idioma en México y en casi toda Latinoamérica, y muchos de sus catálogos ya los conocemos y los apreciamos.
Como visitante lectora, es una delicia, un banquete surtido que ni siquiera se alcanza a apreciar del todo en varios días de recorrido. Como librera, con una librería pequeña y lejana a la capital del país, resulta una experiencia de lo más gratificante, pues es una excelente oportunidad para hacer vínculos con autores/as, editores/as, distribuidores/as y otros profesionales del sector. Vínculos que no solo se traducen en acuerdos comerciales, sino en los que surgen un montón de ideas que nutren el catálogo y el programa de actividades lectoras. Vínculos que con el paso de los años pueden convertirse en increíbles amistades.
La FIL, para las pequeñas grandes librerías, es un espacio lleno de creatividad literaria. Cada año encuentro inspiración para nuevas ideas. Para El Astillero Libros, por ejemplo, durante los diez años que lleva de vida, esta fiesta de las letras ha sido una recarga de energía anual para seguir insistiendo con un proyecto en torno a los libros en Torreón.