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LAS MUJERES AL PODER

RAÚL MUÑÓZ DE LEÓN

Tendremos a una mujer sentada en la silla presidencial a partir del próximo año; no cabe la menor duda. Ha sido largo y sinuoso el camino que las mujeres mexicanas han recorrido para lograr que se les considere aptas para votar y ser votadas. Esa lucha viene del siglo XIX; desde 1887, para ser más exactos. En mayo de 1923, la Liga Panamericana de Mujeres, Sección México, convocó y organizó impulsado por el gobernador de Yucatán Salvador Alvarado, y varias mujeres lideresas de opinión, el Primer Congreso Nacional Feminista, cuya principal demanda era la igualdad civil para que la mujer pueda ser candidata a cargos administrativos y a emitir el sufragio.

Como consecuencia de aquel Congreso, la dirigente feminista Elvia Carrillo Puerto resultó diputada local al Congreso de Yucatán.

Son muchos los antecedentes que pueden mencionarse; en este Panorama se parte de 1937, cuando don Lázaro Cárdenas, Presidente de la República, envía a la Cámara de Senadores, iniciativa para que las mujeres obtengan la ciudadanía, y con ella, el derecho al voto. Hay que decir que el voto femenino en México se retrasó, porque se tenía la creencia que los curas ejercerían influencia en las mujeres, por ser católicas en su mayoría, e inclinarían el voto hacia la derecha.

En 1946, el Presidente Miguel Alemán aprobó la reforma al Artículo 115 constitucional para autorizar la participación de las mujeres en las elecciones municipales, en igualdad de condiciones que los hombres, sin embargo, eso era sólo el inicio, ya que lo que se quería alcanzar era el voto femenino en las elecciones federales.

Un antecedente determinante en el propósito feminista fue que siendo candidato a la presidencia de la República don Adolfo Ruiz Cortines, el 8 de abril de 1952, en el Parque 18 de Marzo de la Ciudad de México, se congregaron más de veinte mil mujeres para demandar el voto femenino y el candidato se comprometió a otorgarlo, así como el derecho de a mujer a ser considerada candidata a un puesto de elección popular.

Ruiz Cortines gana la elección y el 17 de abril de 1953, en su calidad de Presidente de la República, se publica en el Diario Oficial de la Federación la reforma al Artículo 34 constitucional, según la cual "Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados, y 21 si no lo son", reforma que otorga el voto a las mujeres en el ámbito federal.

Si bien la reforma constitucional que reconoce el status político de la mujer mexicana es de 1953, en realidad no fue, sino hasta los comicios de 1955 celebrados para elegir a los diputados federales de la LIV Legislatura, cuando por primera vez ejerció el voto la mujer; esto sucedió el 3 de julio del año mencionado.

De tal año- a la fecha es indudable que las mujeres mexicanas han avanzado considerablemente, abriéndose paso y conquistando espacios en un medio hostil, veleidoso y convulsivo, históricamente dominado por los hombres, un medio en donde las intrigas, las traiciones los golpes bajos, las pataditas por debajo de la mesa son agua de uso corriente que la mujer ha sabido enfrentar y sortear hábilmente con inteligencia y sagacidad.

Precisamente esas cualidades han hecho posible que en el amplio espectro político hoy día haya desde regidoras, síndicas y presidentas municipales, hasta diputadas locales, diputadas federales, senadoras de la República y gobernadoras de los Estados...sólo les falta alcanzar el último peldaño: la Presidencia de la República, hecho que sucederá muy pronto, y aquí estaremos para

Esta será una elección histórica: por primera vez en la historia política del País dos mujeres participan en la contienda, postuladas por sendos partidos coaligados con miras a obtener el triunfo; se dice que una de ellas ya se siente triunfadora porque cuenta con el apoyo del Presidente y con los suficientes recursos para desplegar una campaña que penetre en todos los sectores de la población. Veremos y diremos.

Llegar a la presidencia de la República equivale a conquistar plenamente el poder, a desempeñar las funciones y a ejercer las facultades que le otorga la constitución política al o la Titular del Poder Ejecutivo Federal, y hay que pensar también en las facultades metaconstitucional que suelen ser más amplias y más intensas que las que les concede la Carta Magna. La pregunta es si su jefe y mentor la dejará actuar plenamente o será el poder detrás del trono, lo cual la práctica representaría un egreso al viejo modelo que prevaleció durante 70 años y que tanto han criticado y atacado los que hoy asumen el poder.

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