Llegué con sabiduría a esta misión, cuanta distinción me dio el Creador por lo que logré en la vida, borrando una culpa añeja que quisiera el tiempo retroceder, y haber disfrutado más a mis hijos. Los quise ver grandes y no gocé su infancia, cuanto arrepentimiento siento haber trabajado todo el tiempo, sin haber saboreado su niñez, en cambio ellos que grande me veían y en héroe me convertían, bendita inocencia de mis retoños, me perdí sus primaveras, estación efímera que pasó fugaz por mi jardín. Ahora entiendo porqué de viejos somos abuelos, la experiencia nos regresa con paciencia a compensar nuestros yerros con los hijos de nuestros hijos, no nos convierte en padres el solo hecho de tener hijos, hasta que llegan los nietos aprendemos a ser verdaderos padres. Son tan diferentes nuestros hijos que es una bendición comprenderles, y cuando crees entenderles, dejan la infancia en un santiamén, en cambio los padres jamás abandonamos la paternidad. Que equivocado estaba, al pensar que el trabajo justificaba alejarme de mis hijos, fue entonces que un ángel iluminó a la familia, llegaba de trabajar preparando la comida, organizaba la casa, velaba cuando enfermábamos, nunca se quejaba y cuando lo hacía al hospital iba a dar, con amor y paciencia nos atendía, compañera de toda la vida, de dos generaciones ha sido formadora, abuela consentidora, baluarte de la familia.
Queridos nietos, desde el primer día que los vimos los contemplábamos fijo, frágiles y encantadores, su llanto movía un ejército completo. Como no recordar su primer sonrisa, la primera palabra, cuando su salud quebrantaba, solo quería ocupar su lugar para que no sufrieran mis angelitos. Nos queda poco tiempo para gozarlos, que sabios son los viejos años, nos dan el privilegio de ser abuelos, nos regresan la juventud olvidada, nos hacen viejos por fuera y jóvenes por dentro, nos vuelve consentidores con los nietos y gruñones con los hijos cuando reprenden a sus hijos. Los queremos tanto, que cuando están bajo nuestro cuidado, le damos descanso al mismo ángel de la guarda.
¡FELIZ DÍA DEL ABUELO!