El consumo excesivo de azúcares y carbohidratos contribuye al aumento de peso y a su vez, a problemas de salud a largo plazo. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Durante la celebración por el Día de Muertos, el pan de muerto es uno de los productos favoritos en las panaderías y si bien, forma parte de las ofrendas dedicadas a los fieles difuntos, también es consumido por cientos de familias mexicanas.
Por ello, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Coahuila exhortó a la población a moderar su ingesta, toda vez que su elaboración se basa en ingredientes altos en calorías como harina, azúcar, mantequilla e incluso rellenos de crema y/o chocolate, lo que representa un consumo mayor a 400 calorías.
Valeria Guerrero Vázquez, dietista adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) No. 1, dijo que si bien es difícil evitar su consumo, la moderación es clave para prevenir afectaciones a la salud, sobre todo en pacientes con padecimientos crónicos como diabetes, hipertensión, obesidad y/o sobrepeso.
Sugirió como opción más saludable, limitar el consumo a una pieza chica de aproximadamente 50 gramos y sin relleno, el cual contiene alrededor de 200 calorías y permite disfrutar de este producto tradicional sin caer en el exceso.
Destacó que el consumo excesivo de azúcares y carbohidratos, especialmente en festividades donde la tradición es compartir y disfrutar de diversos platillos y alimentos, contribuye al aumento de peso y a su vez, a problemas de salud a largo plazo.
Además del consumo de pan de muerto, la mayoría de las familias mexicanas colocan altares para los difuntos, los cuales se complementan con comida y bebidas que también tienen alta cantidad de calorías.
Por ello, la dietista mencionó que es importante dar prioridad a platillos sanos que incluyan frutas y verduras, lo que coadyuvará a que las familias disfruten de la tradición sin comprometer su bienestar y su salud a futuro.