Casa abierta del Planetarium Torreón. (RAMÓN SOTOMAYOR)
Mientras el sol caía en el Bosque Urbano, decenas de familias laguneras acudieron al Planetarium Torreón, recinto que festejó este martes su primera década en funcionamiento.
Sobre la explanada se colocaron diez telescopios, además de mesas y sillas donde más tarde se jugaría lotería. Asimismo, el Planetarium abrió sus puertas poco después de las 18:00 horas. Se trató de una “casa abierta” donde las familias pudieron recorrer las distintas áreas que componen a este museo.
Los visitantes transitaron en primera instancia la exposición de Eclipses, en la cual se brinda información sobre cómo observar a este tipo de fenómenos astronómicos y las precauciones que se deben tomar para cuidar la vista. La muestra, conformada por fotografías y otras instalaciones, permanecerá hasta el 1 de mayo. Cabe recordar que el próximo 8 de abril, La Laguna será testigo de un eclipse total de sol, lo cual ha causado incluso la visita de integrantes de la NASA.
También se les introdujo a una sala denominada Casa de la Tierra, la cual cuenta con una enorme esfera que reprodujo los distintos planetas del Sistema Solar: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón y el Sol aparecieron ante la entusiasta participación de niños y niñas, quienes no dudaron en compartir sus conocimientos sobre los astros.
Otra opción fue observar la luna desde el telescopio de la Torre Coecyt, allí las familias también escucharon algunos mitos griegos relacionados con el cosmos, tales como el de Orión y la formación de la constelación que lleva su nombre.
Mientras tanto, en la explanada se pudo disfrutar de música en vivo, los niños se tomaron fotografías con botargas de alienígenas, otros colocaban sus miradas a través de los telescopios y al final se partió un pastel que fue compartido con todos los asistentes.
Para la realización de este evento, la organización contó con la participación de 40 guías de servicio social (cuyas edades oscilan entre 15 y 17 años), 45 integrantes de la Sociedad Astronómica de La Laguna y 16 trabajadores del museo.
Mirada científica y cultural
Momentos antes de iniciar el evento, Eduardo Hernández, fundador y director de Planetarium Torreón, conversó en entrevista sobre el nexo que existe entre la ciencia y la cultura, el cual ha sostenido al recinto por una década.
“La ciencia también forma parte de nuestra cultura. Es parte de lo que engloba el conocimiento humano, de los saberes, de la construcción del conocimiento. Los museos de ciencia han evolucionado desde hace algunos años. No nada más en brindar y ser los portavoces del saber humano, sino que se han convertido en generadores de experiencias”.
La práctica de observar el cielo proviene de tiempos muy remotos, cuando los antiguos nómadas realizaban esta actividad para poder identificar las distintas estaciones del año. Luego, la medición del tiempo se convirtió en el principal fundamento para dar lectura a los astros. “Pero hoy en día, conocer el universo nos habla de la historia de nosotros”.
Recalcó que Planetarium ha pasado por cuatro grandes cambios: la Torre Coecyt (el observatorio más grande del museo), la sala Casa de la Tierra, la ampliación de Hábitat de la Ciencia y el último de ellos fue la modernización del sistema de proyección y robotización de todos los espacios para el trabajo con la NASA, aspecto que lo ha convertido en el planetario más moderno del norte de México.
Paseo en familia
Don Martín pasaba la tarde con su nieto Carlos Saúl Aguilar cuando se encontró con la actividad del Planetarium. El pequeño de seis años, quien vestía una camiseta estampada con estrellas, dijo tener como planeta favorito a Saturno, debido a que le gustan sus anillos. “El espacio me encanta por todos sus planetas, ¡y más Saturno!”.
Don Martín celebró este tipo de iniciativas, ya que las considera provechosas tanto para niños como para adultos. En eso, Carlos Saúl se acercó a uno de los telescopios que la Sociedad Astronómica de La Laguna colocó en la explanada, inclinó la cabeza y apuntó la mirada al ocular: los cráteres de la luna se le aparecieron enseguida.
