¡Se hizo de noche en pleno día! La oscuridad cubrió el cielo de la Comarca Lagunera durante poco más de cuatro minutos cuando la Luna se interpuso entre el Sol y la Tierra. Los pájaros se refugiaron en los árboles para dormir y el ambiente se tornó más fresco.
Conforme se fue oscureciendo el cielo, se observaron unas bandas de diferentes intensidades de gris en la atmósfera. Una vez alcanzada la totalidad, aparecieron las perlas de Baily, puntos alrededor de la Luna hasta que solamente quedó el anillo de diamante, muy brillante, que finalmente desapareció para dejar que apareciera la corona solar.
El Sol le prestó su corona a la Luna durante 4 minutos, al mediodía se oscureció por completo el cielo y, en la Tierra, el termómetro descendió drásticamente, el viento sopló y el clima cambió de forma brusca, de un calor intenso a fresco, mientras las aves revoloteaban para retornar a los árboles creyendo que había caído la noche, pero solamente alcanzarían a dormir una pequeña siesta. Junto al Sol, se observaron Júpiter y Venus.
Poco a poco se dio el camino de regreso y nuevamente apareció en el cielo el anillo de diamante alrededor de la Luna, luego las perlas de Baily, el satélite de la Tierra se fue alejando y la oscuridad se fundió, la luz regresó, el calor, el mediodía, y otra vez el Sol estuvieron sobre Torreón. Se escuchó el trinar de los pájaros, como si apenas fuera amaneciendo, y nuevamente volaron por el lugar.
Fernando Ávila, investigador del Observatorio Astronómico de la UNAM y miembro del Comité Nacional de Eclipses México, dijo que la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol, pero también está 400 veces más cerca, lo que permite que, por unos instantes, desde nuestro punto de vista, se bloquee completamente el disco solar.
Raúl Mujica, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica de Puebla y miembro del Comité Nacional de Eclipses México, dijo que este evento será una ola para la generación de astrónomos y niños interesados en estudiar ciencia en la región y en todo el país, por lo que confió que en las siguientes décadas se comiencen a ver resultados con más universitarios egresando de carreras científicas.
"Vimos a muchos niños, a muchos jóvenes, necesitamos que esto les despierte aún más la curiosidad que tienen, necesitamos muchos científicos y tecnólogos en el país, que sean motivados, no importa que no sean astrónomos pero sí necesitamos un montón de científicos y esperamos, que de verdad, esto sea una especie de ola, el del 91 generó una ola de astrónomos y científicos", comentó.
Por su parte, Alejandro Arroyo, el cazador de eclipses latinoamericano, que en Torreón presenció su evento número 20, colocó el Eclipse Solar de este lunes en el lugar número tres de los más bellos que ha presenciado a lo largo de su vida.
Ramón Sotomayor.
