Los tres candidatos a la Presidencia durante el Segundo Debate Presidencial. Imagen: El Universal
La economía mexicana presenta retos importantes que sin duda deberá enfrentar quien llegue a la Presidencia de la República, desde conflictos geopolíticos hasta eventos de mercado interno, como la informalidad laboral. Los proyectos económicos de los candidatos deben considerar esas variables y, con base en cómo pretendan resolver estos problemas, a nosotros nos tocará decidir a quién otorgar el voto.
En el segundo debate entre los candidatos, llevado a cabo el 28 de abril, se escucharon algunas propuestas económicas:
Claudia Sheinbaum Pardo prometió aumentar los salarios mínimos hasta alcanzar el equivalente a 2.5 veces el valor de la canasta básica, así como la construcción de 100 parques industriales para la atracción de inversión.
La propuesta de Xóchitl Gálvez Ruiz fue entregar una tarjeta universal para el apoyo de la población más vulnerable, además de la exención de impuestos para todas las personas que ganen menos de 15 mil pesos mensuales.
Jorge Álvarez Máynez, por su parte, planteó elevar el salario mínimo a 10 mil pesos mensuales y la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas por semana.
LO QUE LES ESPERA
Es necesario profundizar en las problemáticas de la nación y contrastar cómo los candidatos pretenden enfrentarlas durante su gobierno. Por ejemplo, tras la apreciación del tipo de cambio en poco más del 15 por ciento en lo que va del actual sexenio, no son pocas las voces que consideran que más temprano que tarde la economía mexicana enfrentará episodios de depreciación cambiaria, con su correspondiente impacto en el costo de vida de la población.
También se sabe que este último par de años la inflación se ha mantenido fuera del objetivo del Banco de México, que la establece en un tres (+/- uno) por ciento, lo que se ha trasladado a los precios de bienes y servicios.
Otra cuestión es la falta de dinamismo del sector financiero nacional, que dificulta el acceso a créditos al sector de micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), estancando su crecimiento. Esto, aunado al poco fomento al ahorro, ha sido un problema histórico para el país. El limitado presupuesto, frente a las innumerables necesidades que existen en México, restringe cualquier plan de desarrollo.
Por supuesto, la desigualdad, la marginación, la pobreza, la sostenibilidad y la informalidad son elementos perennes en el país y no se puede esperar más para enfrentarlos y resolverlos. Es necesario darle viabilidad a México con un proyecto económico de largo alcance y transformador.
PROYECTOS DE NACIÓN
Sheinbaum y su coalición “Sigamos haciendo historia” —conformada por Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista de México (PVEM)—, cimenta su estrategia económica en tres vertientes básicas: República Próspera y Conectada, República con Trabajo y Salario Justo, y República Rural Justa y Soberana, donde propone el desarrollo de las comunicaciones y transportes con inversión en trenes, carreteras, puertos, aeropuertos y transporte ecológico; la consolidación de los proyectos estratégicos del actual presidente, así como la apuesta por otros nuevos; la autosuficiencia agroalimentaria, entre otras propuestas basadas en el fortalecimiento de la infraestructura nacional, como la construcción de 12 parques industriales en el sureste y la creación de 10 polos de desarrollo.
Xóchitl Gálvez, representante de la coalición “Fuerza y Corazón por México” —que integra el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido Acción Nacional (PAN)— considera que la mejor manera de impulsar la economía, crear empleos y nueva riqueza es mediante la seguridad pública, la consolidación del Estado de Derecho, y el combate a la extorsión y a la corrupción. Asimismo, reconoce el valor de las MIPYMES y en su programa de propuestas deja un apartado completo para el impulso al sector turístico.
El representante de Movimiento Ciudadano (MC), Álvarez Máynez, incluye en su Plan Nacional para la Construcción de Prosperidad los apartados “El Cuidado a la Tierra y a Quienes la Trabajan” y “La Nueva Soberanía: el Sol, el Aire y el Agua. No el Petróleo ni el Carbón”, donde plantea una transición a energías limpias, la disminución de los costos de los energéticos y la inversión en infraestructura como el centro de su estrategia. Incluye la creación de 100 plantas para el aprovechamiento de residuos orgánicos, dos mil kilómetros de ciclovías, cinco mil puntos de carga para transporte eléctrico y un programa de mantenimiento y rehabilitación de escuelas y espacios públicos.
GENERACIÓN DE RIQUEZA
Tanto Gálvez como Máynez coinciden en la importancia de apoyar los proyectos de emprendimiento. La primera propone la creación de la Agencia Nacional para el Emprendimiento, la Innovación y la Productividad (ANEIP), cuyo propósito sería atender a los pequeños negocios, atraer y crear fondos de capital semilla, así como brindar asesoría técnica y vincular a los emprendedores con sectores productivos estratégicos y con el comercio exterior. La agencia pretende trabajar en tres direcciones distintas: pequeños negocios, emprendimiento social y negocios de alto impacto. El proyecto buscaría la rápida devolución de impuestos por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y pondría énfasis en el desarrollo del talento humano, educando y capacitando a niñas, niños y jóvenes en nuevas tecnologías, robótica, inteligencia artificial, ciencias, matemáticas, etcétera, y fomentando la participación de las mujeres en carreras relacionadas con estas áreas.
El representante de Movimiento Ciudadano, por su parte, sugiere el Programa Nacional de Emprendimiento e Innovación, que consta de esquemas de declaración de impuestos cada trimestre, de manera que la carga fiscal y contable sea menor para los emprendedores; la reducción de plazos de pago a MIPYMES, a un máximo de 30 días, para garantizar su liquidez y otorgar incentivos a empresas que paguen a tiempo; incentivos fiscales; la eliminación de cuotas de seguridad social, y la simplificación administrativa.
Sheinbaum no establece puntos específicos respecto al emprendimiento, sin embargo, hace puntual énfasis en los Polos de Desarrollo, cuyo objetivo es aprovechar la posición estratégica que tiene México en América del Norte para dar impulso a la inversión privada, tanto extranjera como nacional, y evitar la llegada de empresas con bajos salarios fomentando los derechos laborales. Este enfoque se identifica más con una política industrial que con programas emprendedores.
Respecto a los salarios, además de los aumentos al mínimo, busca la recuperación de pensiones justas y establecer beneficios salariales para los trabajadores del Estado, como maestros, policías, efectivos de la Guardia Nacional, soldados, marinos y médicos.
Hay que destacar que cuando los modelos económicos nacionales de crecimiento hacia adentro —es decir, sin comercio exterior— perdieron vigencia a principios de los noventa porque los gobiernos reconocieron la supremacía del mercado por encima del Estado en materia económica, las políticas industriales prácticamente desaparecieron —ya que son responsabilidad del gobierno— y fueron sustituidas por estímulos a sectores vulnerables como el de las MIPYMES, por lo que este es un muy buen punto de contraste entre las dos visiones económicas que estuvieron en pugna durante esta elección.