Banxico. (ARCHIVO)
Las decisiones que toman los bancos centrales respecto a las tasas de interés impactan de distinta forma a la economía. Como se entiende, la tasa de interés es el precio del dinero.
Como señala Actinver, se reconocen cinco canales de transmisión de la política monetaria a través de los cuales se expresa la tasa de interés: el precio de los activos, el tipo de cambio, el crédito, las expectativas y el precio de los activos.
Donde impacta la tasa de interés
Cuando la tasa de interés es baja, las inversiones en deuda como los bonos y CETES se vuelven menos atractivas al corto plazo, ya que los productos se hacen más baratos y las personas optan por el consumo en lugar del ahorro.
En el caso del crédito, las condiciones para obtenerlo pueden mejorar, ya que los bancos pueden ofrecer préstamos a tasas más bajas disminuyendo la tasa de referencia, es decir la que establece el banco central.
Y como recomienda el banco J.P. Morgan los inversionistas pueden aprovechar para negociar tasas más bajas para préstamos a largo plazo.
En el caso de los activos, se tiene un efecto contrario a como sucede con las inversiones en deuda, ya que según Actinver, los precios de las acciones pueden subir al ofrecer mejores rendimientos en comparación a adquirir deuda.
Para el tipo de cambio, una menor tasa de interés afecta porque las inversiones extranjeras optan por monedas que ofrezcan mejores rendimientos. El peso no tuvo afectaciones durante la pandemia porque otros países también redujeron la tasa.
El caso de las expectativas se basa cuando el Banco Central busca enviar una señal de que todas sus decisiones están enfocadas en mantener la inflación bajo un objetivo y si existe un riesgo se actuará en el caso de elevarla.
Cuando las tasas suben de golpe
El control de la tasa de interés es clave para los países y su actuar en la economía mundial, como destacó la revista Jacobin en 2019, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos la elevó drásticamente en los años 80s le permitió reestructurar la economía global como sucedió en México y otros países deudores que como condición para obtener préstamos “frescos” e indulgencias en los previos tuvieron que aceptar abrir sus economías al capital y comercio extranjero y levantar regulaciones y subsidios domésticos que tuvieran derivando en el neoliberalismo.