Combate al dengue en La Laguna. (AGENCIAS/ EL SIGLO DE TORREÓN)
Actualmente, La Laguna vive en alerta por el mosquito Aedes aegypti, transmisor de enfermedades como el dengue y que este 2024 ha causado cientos de casos en los estados de Coahuila y Durango que integran la región.
Al ser una enfermedad viral no existe tratamiento, solo pueden atenderse sus síntomas, entre los que se encuentran fiebre, dolor de cabeza, dolor en ojos, dolor muscular y en articulaciones.
Es una enfermedad de riesgo y lo más impactante es que hace 30 años era considerada una “experiencia clínica nueva”, según el artículo científico de 1995 Dengue y dengue hemorrágico: aspectos clínicos, del vicedirector del hospital pediátrico William Soler de la Habana, Eric Martínez-Torres.
El también profesor en Pediatría alertaba que en los últimos 15 años (iniciando desde la década de los años 80) se había presentado un aumento dramático en la incidencia de la enfermedad en centros urbanos ubicados en regiones tropicales y subtropicales.
Sin embargo, la presencia del mosquito se ha ido modificando, un artículo científico titulado Aedes aegypti (L.) in Latin American and Caribbean region: With growing evidence for vector adaptation to climate change?, publicado en abril de 2016 planteaba que el impacto del cambio climático se ha asociado con los efectos de la lluvia y la temperatura en brotes por temporada de dengue, pero poco se había estudiado del cambio de comportamiento del mosquito.
El estudio señala que el zancudo se ha adaptado a utilizar el drenaje subterráneo y tanques sépticos, convirtiendo aun más difícil la tarea para controlarlo.
Esta “plasticidad conductual” les permite cambiar de lugar cuando los sitios de reproducción a nivel de tierra no se encuentran disponibles sea por la aplicación de insecticida o la descacharrización.
El mismo cambio de los mosquitos a sitios bajo tierra es posible cuando escasea el agua. El estudio alerta también que si bien la especie era conocida por reproducirse en relativa agua limpia, ahora se ha adaptado a utilizar hábitats similares, “ricos en materia orgánica”.
Además, debe tomarse en cuenta que como señala la compañía de insecticidas Raid, si bien el promedio de vida de un mosquito puede variar según la especie, “típicamente, las hembras de mosquito (las que se alimentan de sangre) viven por semanas, mientras los machos (se alimentan de polen) viven por alrededor de una semana”.
Otros detalles para tomar en cuenta frente a los mosquitos es que estos volarán solo “unas pocas” cuadras de distancia durante su vida, esto probablemente debido a que los mosquitos responsables del dengue prefieren vivir cerca de las personas a las que pican, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
El futuro de La Laguna, vulnerable al dengue
En 2018, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático publicó el Atlas Nacional de Vulnerabilidad ante el Cambio Climático (ANVCC), con este se presenta un conjunto estructurado de mapas que muestren la vulnerabilidad territorial ante tres fenómenos principalmente, el dengue, las inundaciones y los deslaves.
El mapa que divide por municipios el territorio nacional cuenta con proyecciones hasta el año 2100.
Las proyecciones se presentan en cinco escenarios posibles, desde los más positivos en cuanto al combate al cambio climático a los más negativos. Para el caso actual se eligió el escenario negativo Rivalidad regional, SSP3, descrito como:
“Representa un futuro con una alta desigualdad entre países. El crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial es bajo y se concentra en las naciones de altos ingresos actuales, mientras que el aumento de la población se centra en los países de bajos y medianos ingresos.”
En este escenario del 2021 al 2040, los municipios laguneros más vulnerables serán Francisco I. Madero, San Pedro y Lerdo, a los que les seguirían Torreón, Gómez Palacio y Viesca.
Del 2041 al 2060, en el escenario se agregarían Mapimí y Tlahualilo.
Finalmente, del 2081 al 2100 el escenario se agravaría, ya que todos los municipios con la excepción de Matamoros aumentaría la gravedad de la vulnerabilidad.