La navidad en México no siempre tuvo como personajes centrales a santa Claus, los Reyes Magos y el Niño Jesús, esto por el hecho de que en el año de 1930 por disposición del presidente de la República se impuso al personaje de la cultura azteca conocido como el Dios “Quetzalcóatl” como quien distribuyera los regalos entre la niñez mexicana, lo que fue una gran transformación en las costumbres del pueblo mexicano, y trajo circunstancias muy especiales que vinieron a tratar de exponer algunas de las situaciones que en la década de los treinta se presentaron en México.
Se afirma que el primer registro de Santa Claus en México se dio aproximadamente en la década de 1920, cuando en múltiples jugueterías de la república mexicana hizo su aparición Santa Claus, reafirmándose aún más cuando una compañía refresquera de origen estadounidense en el año de 1950 exhibió a Santa Claus como símbolo de la navidad, desde luego, todo esto con fines comerciales, sin embargo pronto fue adoptado en principio por las clases medias y económicamente poderosas, sin embargo no pasó mucho tiempo sin que fuera adoptado por todas las clases sociales mexicanas, lo cual causó malestar, pues se decía que iba a desplazar a los tres Reyes Magos.
En el año de 1930 el entonces presidente de la república don Pascual Ortíz Rubio aprovechando que el nacionalismo estaba muy presente en México al haber culminado la revolución mexicana, giró instrucciones a la Secretaría de Educación Pública , para que en las escuelas del país se defendiera la imagen de Quetzalcóatl y se anunciara que el 23 de diciembre del mencionado año de 1930 se realizaría una gran evento navideño en el estadio nacional, en el cual el dios azteca repartiría juguetes a la niñez mexicana en lugar de Santa Claus.
En el evento realizado en el Estadio Nacional de la Ciudad de México, solamente asistieron quince mil niños, haciendo acto de presencia un personaje caracterizado como Quetzalcóatl, señalando que en el mencionado estadio nacional se construyó una réplica de la pirámide de Quetzalcóatl para el efecto de dar mayor realismo a la ceremonia de entrega de regalos a los niños mexicanos , asistiendo una persona ataviada como el rey azteca para dar mayor realce a la ceremonia, cantándose el himno nacional para la entrega a los niños asistentes de sus obsequios, siendo publicitado en algunos lugares de la ciudad de México como quien debiera de entregar obsequios a los niños y no un personaje extranjero.
Después de lo anterior se tomó la decisión de no continuar con la invención que trató de imponerse respecto a las costumbres navideñas, continuándose a partir de 1931 con las figuras centrales de Santa Claus, los Reyes Magos y Niño Dios.