Guadalupe Victoria, primer Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. (INAH)
Este pasado 2 de junio, se dio el triunfo de la virtual primera presidenta electa del México independiente, Claudia Sheinbaum, pero hace 200 años fue el turno del duranguense Guadalupe Victoria, el primero en ocupar el cargo.
Guadalupe Victoria, nació el 16 de septiembre de 1786. Su verdadero nombre fue José Miguel Antonio Ramón Adauto Fernández Félix. Tuvo tres hermanas y siendo pequeños quedaron huérfanos, por lo que uno de sus tíos que era sacerdote lo tomó a su cuidado.
La biografía del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) señala que al cumplir los 19 años abandonó su hogar en Tamazula para vivir en Durango capital, ahí entró a la escuela y 1806 cursó Filosofía, al año siguiente (1807) llegó a la Ciudad de México, donde estudio el bachillerato en Leyes en el Colegio de San Ildefonso.
Iniciada la guerra de Independencia se unió a las fuerzas de José María Morelos y Pavón, donde se cambió el nombre a Guadalupe Victoria, el primero por la Virgen y el segundo por lo que esperaba que tuviera la causa.
Sirvió bajo las órdenes de Nicolás Bravo y Juan Nepomuceno Rosains, quienes le encargaron la campaña en Veracruz, su lucha se extendió por años y pese a sufrir derrotas lograba reagruparse, afectando las rutas de comercio entre la costa y la Ciudad de México, en su momento el virrey Apodaca le ofreció el perdón a lo que se negó.
Tras sobrevivir a una traición en 1819, tuvo que esconderse al no disponer de más recursos para combatir. Hasta 1821 pudo volver al exterior y tras la firma del Plan de Iguala tuvo conflictos con Agustín de Iturbide por los que llegó a estar preso.
Tras la expulsión de Iturbide en 1823, se formó el Supremo Poder Ejecutivo integrado por Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Pedro Celestino Negrete; ante los conflictos internos en México, se dedicaron a pacificar el país y al año siguiente se convocaron elecciones, quedando electos Victoria como presidente y Bravo como vicepresidente.
Durante su mandato inició pláticas para un tratado comercial con Reino Unido, se dio la firma de la Constitución de 1824, el fusilamiento de Agustín de Iturbide, se decretó por segunda vez la abolición de la esclavitud en México, se constituyó la Marina de Guerra, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y se dio la organización del Ejército, además de la rendición de San Juan de Ulúa, último bastión español en territorio mexicano.
En 1827 tras una conjura de un grupo de españoles, el Congreso ordenó su expulsión y ante las protestas, el vicepresidente Nicolás Bravo se levantó en armas, luego de ser derrotado fue obligado a salir del país y llegadas las elecciones de 1828, nuevos levantamientos obligaron a que Victoria fuera declarado vencedor, pero buscó retirarse del gobierno a Veracruz, en los años posteriores fue llamado a comandar campañas militares, muriendo de una enfermedad en el Castillo de Perote en marzo de 1843.
En una entrevista reciente para El Siglo de Torreón, el historiador Adolfo Arrioja Vizcaíno declaró que con la unidad nacional como fin común, el nuevo presidente debía gobernar por encima de partidos e ideología. No obstante, más adelante, el gobierno de Guadalupe Victoria fue dañado por las divisiones políticas generadas entre los mismos mexicanos y también por la intervención de Joel R. Poinsett, el primer embajador de Estados Unidos en México.
Sobre ello, Arrioja Vizcaíno declaró “entonces, la lección en los tiempos actuales, que nos deja Guadalupe Victoria, es que cuando los mexicanos nos dividimos, nos enfrentamos, el país va a al fracaso y queda abierto a las intervenciones extranjeras. Lección que tiene validez en la actualidad, porque estamos viviendo un momento de divisiones políticas, de enfrentamientos ideológicos, de polarización que no va a dejar nada bueno para el futuro del país”.
