En la colaboración anterior describí las experiencias que tuvimos en el primer día del recorrido por nuestras fuentes de agua, cuyo destino final fue La Presa Lázaro Cárdenas una fuente de agua resultante de los escurrimientos de la cuenca alta del Nazas a través de arroyos y ríos tributarios como el Ramos y el Sixtin.
Completamos nuestro recorrido los días 4 y 5 de febrero en dos sitios espectaculares que nos mostraron el funcionamiento de los Sistemas Gravitacionales de flujo de agua subterránea (SGFAS): el primer sitio fue el Cañón de Fernández que hoy forma parte del área natural protegida federal Zona de Protección de Recursos Naturales Ríos y Montañas de la Comarca Lagunera, antes Parque Estatal.
Fuimos guiados por Gladys Aguirre Balza, gran conocedora del humedal Ramsar del Cañón de Fernández, hacia un paraje en donde emerge un manantial de agua dulce con una temperatura relativamente caliente, comparada con la temperatura del agua del río que se encontraba a más de 100 metros. En este sitio, el Dr. Marcos Adrián Ortega Guerrero, Investigador del Centro de Geociencias de la UNAM, explicó según mi propia interpretación de la teoría Tothiana de los SGFAS, que el agua que llovía en la sierra que se encontraba justo arriba del manantial y que lograba infiltrarse se movía a través de las rocas calizas y lutitas fracturadas viajando durante meses quizás años hasta descargar en forma de manantial en alguna superficie. Durante este viaje el agua arrastra minerales y otros materiales, el pH del agua se incrementa y en la superficie de suelo contigua a donde emerge el agua, afloran sales que se evidencian por las costras blancas en torno a la salida del agua, la vegetación del lugar compuesta por plantas freatofitas que se caracterizan por tomar el agua directamente de la capa freática, tales como gramíneas, árboles como el huizache, el mezquite y el ahuehuete, entre otros.
La presencia de manantiales en el Cañón de Fernández se presenta en un tramo bastante largo del humedal cuya descarga termina en el cauce del río, lográndose acumular un volumen suficientemente grande para ser aprovechado en la agricultura, y como caudal ecológico para sostener el bosque de ahuehuetes, fresnos, álamos y sauces y particularmente el sotobosque, en donde ocurre el reclutamiento de los reemplazos de los árboles y en general una gran diversidad de vegetación riparia.
El último sitio que visitamos fue el humedal que se encuentra en el Cañón de La Cabeza en un tramo del cauce del Río Aguanaval. Aunque aquí las condiciones son más xéricas o secas, en este cañón renace el río que se seca en todo el periodo de sequía. Llegamos al primer manantial en donde fluye el agua por entre las raíces de un ahuehuete hacia el suelo seco del cauce, formándose una pequeña laguna que más adelante da lugar a un rápido que acelera el movimiento del agua hacia la siguiente laguna y así hasta llegar a la represa que deriva el agua a las áreas de cultivo tanto de Durango como de Coahuila.
Nuevamente los Sistemas Gravitacionales de Flujo de Agua subterránea hacen la tarea, en una Geología similar de la Sierra con calizas en la parte superior y lutitas en la inferior, estas rocas del Jurásico permean el agua de lluvia de hace años, produciendo agua en plena sequía extrema.
Por eso es tan importante estudiar los SGFAS y la conservación de los ecosistemas que participan en ellos tales como los humedales.
Los Sistemas Gravitacionales de Flujo de Agua Subterránea son fundamentales en la comprensión de la dinámica del agua subterránea en los acuíferos Laguneros.
En el contexto de la Cuenca Nazas Aguanaval ¿en dónde están ocurriendo las recargas de agua nueva? ¿acaso ya no están funcionando los sistemas de flujo de agua subterránea hacia el acuífero principal y no hay más recarga?
Como ya lo vimos en los humedales, aún en una sequía severa o extrema como la que está ocurriendo ahora mismo, podría existir agua en los sistemas relacionados con nuestro acuífero, pero todo parece indicar que no.