El betaglucano es una fibra soluble que se encuentra de manera natural en la cebada y al consumirla adecuadamente reduce el colesterol.
La avena se ha convertido en uno de los alimentos más recomendados por expertos en salud para combatir el colesterol alto. Su popularidad no solo se debe a su versatilidad en la cocina, sino también a sus propiedades nutricionales que ayudan a mantener un corazón saludable. Según la farmacéutica y nutricionista Marián García, conocida como Boticaria García, este cereal puede tener un impacto directo en la reducción del colesterol si se consume adecuadamente.
La clave del efecto de la avena en los niveles de colesterol radica en el betaglucano, una fibra soluble que se encuentra de manera natural en este cereal. El betaglucano forma un gel viscoso en el intestino que evita que se absorban las grasas, reduciendo así los niveles de colesterol en sangre. Este mecanismo ha sido respaldado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que destacan los beneficios del consumo regular de avena para la salud cardiovascular.
Además de su capacidad para reducir el colesterol, el betaglucano también ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre después de las comidas, lo que la convierte en un alimento recomendado no solo para personas con problemas de colesterol, sino también para quienes buscan mantener una dieta equilibrada y controlar sus niveles de azúcar.
Para que los efectos del betaglucano sean efectivos, es necesario consumir una cantidad específica de avena al día. Según los expertos, la dosis adecuada de betaglucano para reducir el colesterol es de 30 gramos diarios, lo que equivale a unos 75 gramos de avena. Esta cantidad puede parecer alta, pero es fácil de incorporar en la dieta diaria, ya sea en forma de avena cocida, batidos o incluso en panes y galletas caseras.
Aunque el betaglucano también está presente en otros cereales como el trigo o el maíz, su efecto sobre el colesterol solo es efectivo si proviene de la avena o la cebada. Por lo tanto, es importante asegurarse de que el consumo de betaglucano en la dieta provenga principalmente de estos dos cereales.
La avena es un cereal extremadamente versátil que se puede incorporar de diferentes maneras en la dieta diaria. Algunas opciones comunes incluyen preparar gachas de avena para el desayuno, agregarla a batidos de frutas o usarla como base para granolas caseras. También se puede incluir en recetas de galletas o panes saludables. Esta flexibilidad hace que sea fácil alcanzar la cantidad diaria recomendada de betaglucano sin mucho esfuerzo.