Algunas personas que intentan ejercer el periodismo deportivo, tienen como adjetivo favorito la palabra “Fracaso”, cuando un deportista en lo individual o un equipo, no alcanza las metas trazadas dentro de su respectiva competencia.
En Unión Laguna, después de la eliminación frente a Tecolotes de los dos Laredos, apareció la palabra “Fracaso”, pero a manera de mofa, de burla muy visceral, e incluso como celebración por la dolorosa caída del equipo que dirigió José Molina. La Real Academia de la Lengua Española define el fracaso como “Malogro, resultado adverso de la expectativa que se tenía”, quizá se pueda definir como lo contrario al éxito.
Toda la organización que hoy es Algodoneros de Unión Laguna, es de una magnitud impresionante, al estar compuesta por diferentes áreas, como la Deportiva, de Mercadotecnia, Administrativa, Contable, de Servicio al Aficionado, de Imagen, de Atención a Medios y de Relaciones Públicas, aunque quizá se puedan enumerar algunas más.
En todas las áreas mencionadas, a excepción de la Deportiva, el club cumplió con sus metas trazadas, pero lamentablemente el objetivo de mayor peso no se pudo conseguir. En 2023 se perdió la Serie del Rey 4-2 frente a Pericos de Puebla, pero nunca se escuchó la palabra fracaso. Ya cada quien sabrá los términos que utiliza.
En el tema deportivo, hoy una abrumadora mayoría de los aficionados pide la salida de José Molina, un hombre controvertido, pero no por su forma de dirigir al equipo, sino por las respuestas que suele dar ante los cuestionamientos de la Prensa ¿especializada? Molina respondió sobre la serie frente a los Diablos Rojos del México; ¿contra quién vamos a jugar? El manager boricua también aseguró que el beisbol está metido en constantes cambios y remató al decir: “no existe presión, la presión la hacen ustedes”, cuando se le cuestionó sobre la estabilidad que sentía en su cargo. Un día antes de la inauguración se le preguntó, ¿qué le falta a Unión Laguna?, y dijo: “que empiece la temporada”.
Este tipo de respuesta de parte de José Molina, puedan orillar a creer que no le interesa el éxito en su trabajo; cuando alguien le preguntó sobre lo que hablaba con elementos importantes en el equipo como Jonathan Villar y Nick Torres, sencillamente respondió; “nada tengo que hablar con ellos, son jugadores profesionales y saben lo que tienen que hacer”. Muchos adjetivos se pueden utilizar para definir la personalidad de José Molina, quien al ser cuestionado sobre posibles refuerzos comento: “yo voy con lo que tengo, si la directiva quiere traer más jugadores, adelante, y si no así seguimos”. Un manager que pretende ser exitoso e imponer su estilo, no actúa de esa manera.
Unión Laguna terminó con 51 ganados y 39 perdidos, tercero de la Zona Norte, fue noveno en pitcheo colectivo con 4.79 de efectividad, que en postemporada fue un excelente 2.80, mientras que en ofensiva ocupó la posición 11, con .281, el cual en el play off cayó dramáticamente a .223. Hablar de quienes quedaron a deber, ya es muy repetitivo, pero si hay que resaltar algo, se deben mencionar los nombres de Yoan López y Taylor Williams.
¿Alguien destacado de las caras nuevas a la ofensiva?, quizá Daniel Palka, lastimado cuando el equipo más lo necesitaba. Traer a un jugador lastimado para la última semana del calendario regular y el playoff, nunca será lo mejor.
Hoy Unión Laguna tiene un lugar importante en la Liga Mexicana de Beisbol; hace algunos años para el jugador era un castigo venir a Torreón, en la actualidad es algo que muchos estelares pretenden; es una organización seria, con objetivos bien definidos, que navega entre una excelente sinergia con sus aficionados, con quizá el escenario más bello de la liga, con una afición que lo llenó casi en todos los juegos; se tiene un dueño lagunero que quiere a su tierra y trata de darle lo mejor, en el tema beisbol.
Es difícil hablar de un fracaso cuando muchas cosas se hicieron bien, pero hoy lo más necesario es encontrar a quién o quiénes fallaron en busca del objetivo principal; que así sea.