La Laguna participó en el recién finalizado Campeonato Nacional de Beisbol de Primera Fuerza, celebrado en el estado de Aguascalientes; en su presentación se perdió ante Tamaulipas Rojo por 11 carreras a 9; después de siete entradas completas el marcador era favorable a los laguneros por 8 a 3.
En el segundo juego, Nuevo León se impuso por 18 a 2, y se aplicó la Regla de la Misericordia. Al día siguiente se venció a San Luis Potosí Matehuala por 18 a 3, también por nocaut; en el juego que definió el pase a la siguiente ronda se perdió ante Aguascalientes “B” por 15 a 13 en once entradas, para cerrar con derrota frente a Coahuila por 11 a 0, ya en un juego de mero trámite. Después de un simple análisis se puede afirmar que la novena lagunera fracasó, de acuerdo a los resultados, pero hay algo mucho más importante que dejó esta competencia, y se refiere a enseñar el nivel real del beisbol que hoy se juega en la Comarca Lagunera.
Es un hecho que el único equipo superior a la Laguna, es Nuevo León, porque con el resto, o hay paridad de fuerzas o se les supera; se tuvieron todas las condiciones para avanzar a la segunda ronda, que era el objetivo, sin embargo, por cuestiones cien por ciento propias del beisbol, el objetivo trazado no se consiguió. Y es en este tema en el cual se debe reflexionar para hacer que la Laguna y su beisbol crezca y lo demuestre. Chihuahua, campeón de la competencia, presentó un roster con 12 jugadores foráneos; Nuevo León, ocupante del segundo lugar, solamente jugó con tres nacidos fuera de la vecina entidad, mientras que Laguna jugó con tres nacidos fuera de la región; Alonso Chávez y Carlos Garibay, ambos ya con mínimo cinco años de radicar en Torreón, y uno más, que fue el lanzador saltillense Luis Espinoza, al que se llamó para cubrir la ausencia de Rafael Nava, cuyo compromiso con los Algodoneros de Unión Laguna en la Liga Invernal Zona Norte, le impidió acompañar al equipo a Aguascalientes; el popular “Chango” estaba programado para abrir el primer juego del Torneo Nacional.
El aspecto principal a fortalecer es el pitcheo, pero ¿qué lanzadores laguneros se pueden incorporar para realmente hacer más fuerte ese departamento?: Miguel Esparza (parte del campeón Chihuahua), el propio Rafael Nava, Christopher Lozoya, (también con Unión Laguna en la Liga Invernal), y Alejandro Ramírez, parte de Coahuila en la competencia nacional. Es muy difícil hoy encontrar lanzadores laguneros que fortalezcan a la selección en un Nacional de Primera Fuerza. No hay entonces, mejor solución que apoyar el desarrollo de los jóvenes talentos laguneros, y para eso es necesario brindarles la oportunidad, esa que hoy se da a jugadores profesionales y foráneos.
De esta problemática surge la necesidad de una liga como el Circuito Mayor de Beisbol de la Laguna, que muy pronto arrancará su primera temporada, aquí solamente tendrán cabida jugadores nacidos en la región, o ya arraigados, y el único equipo que podrá tener foráneos es Irritilas de San Pedro, por tratarse de una academia que desarrolla jóvenes valores. El proyecto es importante para el crecimiento del beisbol local, y también está encaminado a aligerar los gastos a los patrocinadores que hacen posible este nuevo Circuito.
Aquí es necesario el apoyo de jugadores, ampayers, anotadores, compiladores y demás personas que participan en el proyecto; los gastos deben ser muy razonables. Cualquiera de los elementos mencionados que no se sujete a las políticas del Circuito Mayor, podrá buscar otras alternativas, porque aquí el proyecto es firme y con un objetivo perfectamente claro; brindar la oportunidad a los jóvenes laguneros, con una carga ligera para los patrocinadores, porque las personas que arriesgan su dinero e invierten mucho tiempo en el beisbol, cada día escasean más. Las ligas con políticas diferentes, que basan su beisbol en profesionales y foráneos, a través de altísimos costos de operación, podrán seguir con su espectáculo, y esa sería una gran noticia, porque el beisbol en esta época, crearía muchas fuentes de trabajo, hoy bastante necesarias.
