En el marco del 119 Aniversario de la elevación de Gómez Palacio al rango de ciudad se dio a conocer el corrido de Gómez Palacio.
La letra es de Raúl Muñoz de León, la música es de Rosa Elena Tijerina y Natalia Cecilia Rivas mientras que la interpretación es de Nadia del Rivero.
La letra del corrido
Yo soy lagunero de Gómez Palacio, y traigo el canto de nuestra ciudad, Cuna de la Revolución, para vivir con mejor calidad.
Yo soy lagunero de Gómez Palacio, y traigo el canto de nuestra ciudad, aquí se trabaja sin prisa ni descanso para vivir con mejor calidad.
"Hemos vencido el aversivo desierto, y superamos la dura sequía. Lo que les canto es tan cierto, tan cierto, a pesar del intenso y fuerte calor. En Gómez Palacio hay paz y armonía, se trabaja y estudia con mucho fervor.
Te levantas temprano y te rinde tu día. Lo digo con orgullo, en esta canción. Industriales, comerciantes, agricultores y ganaderos. Obreros, campesinos estudiantes y profesores. Lo mismo profesionistas, técnicos y carpinteros. Cantantes, artistas, músicos y compositores.
Trabajo, amistad y lealtad son tus valores. Tu plaza Juárez, y tu parque Morelos se visten de gala en ocasiones especiales para celebrar tus fechas historiales. Otros municipios de ti tienen celos. Tus grandes cerros te dan protección contra los vientos de esta región: El de La Cruz, el de Calabazas y el de La Pila, yo les canto con alegría y emoción.
En el Cerro de La Pila se eleva majestuoso, en sus siete leguas caballo veloz y brioso El Centauro del Norte, General Francisco Villa, que derrotó a los federales y los dejó sin silla.
El de Calabazas porta la estrella refulgente para regocijo y gusto de tu gente, y en el de La Cruz en invierno y primavera rinden honores a tu monumental bandera. Yo soy lagunero de Gómez Palacio, y traigo el canto de nuestra ciudad, aquí se trabaja sin prisa ni descanso para vivir con mejor calidad. Mi querido y añorado Gómez Palacio; de la libertad estallido, y de la paz explosión en tus niños y jóvenes encontró un gran espacio, el anhelo educativo de la revolución.
De Gómez Palacio aquí termino el corrido, de tu gente la nobleza yo jamás olvido, ciudad con progreso, desarrollo y crecimiento, da gracias a Dios por el sustento. Haz invalidado el negativo pensamiento que los pesimistas expresaban sin razón "tan lejos de Durango y tan cerca de Torreón", laguneras y laguneros somos puro corazón.
Yo soy lagunero de Gómez Palacio, y traigo el canto de nuestra ciudad, Cuna de la Revolución, para vivir con mejor calidad. Yo soy lagunero de Gómez Palacio, y traigo el canto de nuestra ciudad, aquí se trabaja sin prisa ni descanso para vivir con mejor calidad.
¿Conoces los orígenes de Gómez Palacio?
Gómez Palacio actualmente es un ciudad que según el dato mas reciente, 2020, tiene una población de 372 mil 750 habitantes (49.5% hombres y 50.5% mujeres). Es la segunda mas poblada, después de la capital, en el estado de Durango.
Sus orígenes se remontan a 1883, en un lugar llamado Calera del estado, de Zacatecas, tras ser unidos los extremos de las vías férreas que en las direcciones norte y sur, venía construyendo de tiempo atrás, la compañía norteamericana del Ferrocarril Central Mexicano.
Al terminarse la red ferroviaria quedó unida la ciudad de México con la frontera norte del país, precisamente con el poblado Paso del Norte hoy Ciudad Juárez.
Los trenes de pasajeros que hacían el servicio regular, de cuando en cuando se detenían en la solitaria estación de paso conocida como Lerdo o Santa Rosa, a donde llegaban y salían los viajeros de Ciudad Lerdo y rancherías circunvecinas. La modesta parada del ferrocarril dio origen a la fundación de Gómez Palacio.
Al año siguiente, frente al paradero de los trenes se alzaba la pequeña caseta de madera del telegrafista y casi al mismo tiempo en medio de la llanura donde sólo crecían la gobernadora, huizaches y mezquites, apareció una vieja carpa remendada donde se instaló el primer poblador de esos lugares, que fue Ruperto Enríquez, a quien más tarde el propietario de esas tierras, don Santiago Lavín le regaló un terreno donde levantó una casa de adobes, probablemente donde después estuvieron el mesón y los baños de El Huizache, porque platicaban los ancianos que ahí se había construido la primera finca por la calle que después se llamó Aedo y que ahora es Victoria.
El mencionado mesón estaba entre las actuales calles Constitución y 20 de Noviembre, a media cuadra de la acera mirando al poniente. Al aumentar el número de habitantes el señor Enríquez recibió el nombramiento de primer jefe de cuartel, en reconocimiento al pionero.
Después, el español Epigmenio Rodallegas levantó la segunda casa, donde estableció un pequeño comercio aprovechando el paso de los viajeros; al poco tiempo se construían las fincas de Hugo Francke y Federico Ritter, en cuya época se abrió la primera calle que se llamó avenida Hidalgo y que actualmente es la Independencia. Poco a poco fueron llegando hombres laboriosos que limpiaron de matorrales la llanura, estableciendo sus hogares.
Esos terrenos que por el sur se extendían hasta la antigua hacienda de Santa Rosa, pertenecían al latifundio del agricultor español Santiago Lavín, que dadas las circunstancias dio facilidades para que se levantara una ciudad.
Para el efecto, se pusieron en venta lotes sumamente baratos y gran número se regalaron con el compromiso de que, las personas que los recibieran construyeran sus casas de inmediato y plantaran cuando menos un árbol frente a ellas. Asimismo, se proporcionaron sin costo alguno espacios suficientes a los industriales para que instalaran fábricas.
La única condición que puso el señor Lavín para vender y regalar sus terrenos, fue que la futura ciudad se llamara Gómez Palacio, en recuerdo del licenciado Francisco del mismo apellido, quien había sido gobernador del estado de Durango y colaborador del presidente Juárez en asuntos internacionales; el distinguido abogado duranguense había sido amigo y apoderado del señor Lavín y representándolo ganó un litigio sobre derechos de agua del río Nazas a la Compañía Deslindadora de Tlahualilo.
El ingeniero Laureano Paredes trazó las calles anchas y rectas de la ciudad, así como la alameda y la plaza de armas. Las primeras calles recibieron nombres de lugares y provincias de España.
Fue entonces, cuando don Santiago cambió, su residencia campirana de la hacienda de Noé a la naciente población, construyendo una amplia casa con corrales para sus finos caballos, en el lugar donde ahora está la presidencia municipal.
¿Sabías qué la ciudad de Gómez Palacio tiene un corrido?