Quema de Judas. (ARCHIVO)
En busca de retomar el sentido de la “Quema de Judas” en el barrio de Trincheras de la colonia Francisco Zarco de Gómez Palacio, el sacerdote y rector del templo de Cristo Rey enclavado en este sector, Jesús Salvador Ramírez Reyes, solo logró reunir a los grupos de organizadores de este tradicional evento, pero no el realizar cambios como no contar con bailes y mucho menos que los jóvenes se vistan de mujer y salir a las calles para pedir ayuda económica para este celebración.
En entrevista, el sacerdote católico, explicó que su intención era regresar regresar el sentido de esta tradición, que de inicio dijo, debe llamarse “quema de Judas” y no del “chamuco”.
“Es la representación de quemar el mal o terminar con el mal para que resalte la resurrección de Jesús. Hemos tenido algunas reuniones, más bien ellos se acercaron un poco. Nos confabulamos y yo les propuse que se reunieran más seguido para que quedara mejor la organización… estaban sueltos. A iniciativa de ellos, nos reunimos para hacer todo un evento en un solo lugar”.
Y es que de acuerdo con el padre, son alrededor de ocho grupos los que organizan esta tradicional quema, pero cada uno realizaban su quema en diferente sector del barrio, por lo que ahora se logró que sea frente al templo. Serán como siete Judas los que se habrán de quemar, en el sábado de Gloria (30 de marzo).
Lo que no se pudo cambiar, fue el que se nos realizaran bailes. “desde el año pasado tratando de disuadirlos, pero no lo logré y este año fue con los bailes, esperemos que el próximo año evitemos eso y otras cosas… Si nos vamos a la tradición original, les digo, ¿a poco los discípulos festejaron con baile porque se mató Judas?”, explicó el sacerdote.
Ramírez, dijo que en este año, las actividades que se ofrecerán iniciarán desde las 9:00 horas con luchas, con presentaciones de box y exhibición de motos, para después del mediodía realizar la quema del Judas.
En cuanto a que los jóvenes que salen a las calles a pedir ayuda, les sugirió que lo hicieran vestidos de diablo o chamucos y no de mujer, petición que espera que sí se atienda.