SADER ratifica a Baja California, Chihuahua, y regiones de Coahuila y Sonora como libres de picudo del algodonero
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) ratificó como Zona Libre del picudo del algodonero (Anthonomus grandis) a los estados de Baja California y Chihuahua y a los municipios de Sierra Mojada, Coahuila, y Altar, Caborca, General Plutarco Elías Calles, Pitiquito y San Luis Río Colorado, Sonora, lo cual beneficia a los productores algodoneros, quienes están en mejores condiciones para colocar sus mercancías en más y mejores mercados.
El documento, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), señala que técnicos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) confirmaron la ausencia de la plaga, con base en los procedimientos señalados en las normas oficiales mexicanas NOM-069-FITO-1995, para el establecimiento y reconocimiento de zonas libres de plagas, y NOM-026-SAG/FITO-2014, por la que se establece el control de plagas reglamentadas del algodonero.
El reconocimiento tiene vigencia de 24 meses, periodo en el que los técnicos del Senasica mantendrán la vigilancia de la Zona Libre y los productores deben aplicar las medidas fitosanitarias indicadas en el artículo 106 del Reglamento de la Ley Federal de Sanidad Vegetal y en las normas oficiales mexicanas mencionadas.
La declaratoria de Zona Libre representa un impacto positivo para el sector algodonero del país, el cual, de la mano de los gobiernos federal y estatal, protege una superficie de más de 132 mil hectáreas, de las que en 2023 se obtuvieron 518 mil 709 toneladas de algodón hueso, materia prima indispensable para la industria textil.
El picudo del algodonero es una de las plagas más devastadoras del cultivo, ya que puede provocar pérdidas hasta de 100 por ciento en el rendimiento, y su control representa hasta 40 por ciento de los costos de producción.
El picudo del algodón A. grandis, es la plaga de mayor importancia del algodonero en todo el continente americano. Los
primeros reportes de daños sobre algodón se registraron alrededor del año 1880, cerca de Monclova, Coahuila. En Estados Unidos de América, el primer reporte de daños por picudo del algodonero fue en 1894. Se ha estimado que el costo económico actual de la plaga es mayor a los 200 millones de dólares en los Estados Unidos y aunque no calculados, los costos en México, Centro y Suramérica, también son considerables.
Esta plaga tiene una gran habilidad de dispersión, no solo por ser buenos voladores sino también por la posibilidad de que algunos de sus estados biológicos sean transportados dentro de los frutos. El picudo del algodonero puede moverse más de 60 km en busca de alimento o hábitat de hibernación.