El histórico capitán de los Yankees de Nueva York, quien tiene cinco anillos de campeón de la Serie Mundial en su poder, siempre fue partidario de que la confianza en sí mismo, es la que causa una diferencia positiva para un bateador, para un equipo, para toda una organización.
Precisamente, Jeter fue compañero del actual mánager de los Algodoneros del Unión Laguna, el boricua José Molina, quien era el cátcher del equipo del Bronx en ese equipo que consiguió el título de las Ligas Mayores en la temporada 2009, tras vencer a los Filis de Filadelfia en seis juegos del Clásico de Otoño. Me refiero a Molina, porque ha sido señalado por numerosos aficionados a través de las mordaces redes sociales, como el responsable de sendas derrotas sufridas por el equipo al que dirige, los Algodoneros del Unión Laguna.
Leo críticas en torno a diveras jugadas que manda el boricua, o a algunas que, a juicio de los fanáticos”, no manda cuando debería hacerlo, lo cual no es raro, pues el trabajo de todo mánager, en cualquier equipo de beisbol profesional o amateur, en cualquier liga, está a la vista de todos, por lo que hacer un juicio respecto ese trabajo, es sencillo y en ocasiones, incluso parece obligatorio.
No debemos perder de vista que esos señalamientos para los manejadores, se realizan cuando ya sucedieron las situaciones, cuando acabaron los juegos o cuando conocemos el resultado de la decisión tomada en determinado momento del juego: una situación de clara desventaja para quien debe ordenar la jugada durante el transcurso de los juegos, ¿no creen? Cierto, el mánager está en esa posición porque cuenta con experiencia y capacidad de leer los juegos y anticiparse a lo que sucederá no solamente en el juego actual, sino también en el del día siguiente.
Así como para un bateador, su tarjeta de presentación y lo que le servirá para negociar su contrato del año siguiente es su promedio bateador, para un mánager esa herramienta son sus números en ganados y perdidos, así como la conquista de objetivos establecidos, aunados a factores como el manejo del grupo de jugadores y la relación que pueda tener con ellos, con el cuerpo técnico y con la propia directiva: un mánager va más allá de solamente poner el Line Up y mandar “hit and run”, su injerencia llega hasta la oficina, en aspectos que trascienden al terreno de juego.
Hoy, José Benjamín Molina cuenta con números dos favorables, dos playoffs en una temporada y media, con la expectación en lo que pueda lograr bajo su batuta el equipo Guinda durante la postemporada que hoy inicia, a la que arriban Molina y su tremendo cuerpo técnico, con dos armas fundamentales: experiencia del año anterior y sed de revancha por haberse quedado cerca del objetivo final, el de la obtención del campeonato.
Con todo y esos buenos números del Unión Laguna versión 2024, leo numerosas críticas a José Molina, pero no leo reconocimiento a tal o cual decisión, cuando el equipo gana juegos; el conocido lugar común del beisbol: “cuando un equipo gana, ganan los jugadores. Cuando un equipo pierde, pierde el mánager”.
Con el afán de crecer como aficionados, comentaristas, espectadores, cualquier faceta relacionada al beisbol, bien valdría la pena hacer un análisis sesudo, antes de soltar las críticas, preguntarse el “¿por qué? tomó el mánager tal o cual decisión, ponerse en sus zapatos, en el momento de la misma, y estoy seguro de que nos daremos cuenta de que se tomó la decisión, con el objetivo de ganar el juego en cuestión, nunca, con el objetivo de perder, como hay quien se atreve a aseverar. Inténtenlo, vale la pena. Que tengan excelente fin de semana, gloriosos playoffs, y recuerden disfrutar la vida, hasta que caiga el out 27.