Ser felices
Cada vez que cumples una meta hay algo que se dispara a través de tu cuerpo. Esas sustancias que inducen a la felicidad, que te hacen sentir que todos los esfuerzos han valido la pena, también puedes experimentar una sensación de paz que no se compara a nada, es como si después de una actividad vertiginosa hubiera llegado la oportunidad de descansar.
Es que cuando arribas a un punto de plena realización hay que pensar que hubo tiempo, recursos financieros, emocionales, involucrados en el logro, he leído con frecuencia el concepto de que lo importante no es llegar, sino disfrutar cada etapa del proceso que te conduce al final del camino, nada más cierto, cuando tienes el resultado de eso que te pusiste como objetivo, el disfrute puede ser efímero, pero si piensas en todos los momentos que significó, los buenos y los malos, es muy probable que logremos ver que cada paso dado representó una ilusión, un aprendizaje, una esperanza, y que ahí, en esas emociones está encerrada la felicidad.
¡Cuánto batallamos para definir lo que es felicidad! Es que, aunque el diccionario nos ofrezca el significado de la palabra, cada uno de nosotros porta un bagaje de experiencias distinto, que te hace ver la vida de diferente manera, por ejemplo, a veces no entendemos por qué alguien no encuentra felicidad en viajar, cuando tal parece, que hoy es obligado que viajes para demostrarte a ti y a los demás que sí eres muy feliz.
Si tenemos un poco de espíritu encuestador, basta preguntarles a quienes están a nuestro alrededor y nos daremos cuenta de que la existencia está estrechamente relacionada con ilusiones enfocadas en lo siguiente: encontrar la paz a través de la certeza económica, estar con la familia lo más que se pueda —aunque la familia no quiera estar contigo—, viajar cerca, lejos, con austeridad, con derroche, una semana, un mes, en auto, en avión, playa, desierto, nieve, selva, ¡lo que sea pero viajar! Y que los hijos se encarguen que sus hijos vean en ese estilo de vida la realización.
Volvemos al tema de la relatividad. Lo que vives determina lo que te hace ser como eres, si hoy y le pregunto a mi amiga querida que tiene tantos dolores por una enfermedad autoinmune, ¿qué la hace feliz? Ella me dirá que alcanzará la felicidad cuando desaparezcan los dolores. Si a quien pregunto es a quien tiene una situación económica muy comprometida por deudas adquiridas para que los hijos disfrutaran algunos viajes al extranjero, me dirá que la felicidad viene envuelta en dinero. Si volteo a ver a quien no tiene aire acondicionado en su casa y ha tenido que enfrentar los más de 40 grados de temperatura durante semanas enteras, me dirá que la felicidad se manifiesta con aire frío en casa.
De acuerdo a Ipsos, quien publica el índice de la felicidad en México, el 83 por ciento de sus habitantes dice ser feliz y los factores por lo que dicen serlo son: familia y amigos, bienestar, dinero y política, escuela, trabajo y calidad de vida. Luego cuando se desglosa la información encontramos algunos puntos de interés, por ejemplo, al alto porcentaje de aceptación que tenemos en relación con los hijos, la satisfacción de las relaciones de pareja desde al ámbito romántico y sexual, la relevancia de las amistades, los vínculos con los compadres y los amigos.
Las estadísticas de Ipsos pudieran muy alentadoras, sin embargo, al cruzarlas con otro tipo de datos nos mueven a pensar si no estaremos confundidos respecto a lo que es y lo que nos gustaría que fuera. Con datos de 2022 el INEGI, se registraron 507 mil matrimonios, de los cuales el 32 por ciento resultaron fallidos, esto representa que, de cada 100 parejas casadas, 32 se divorciaron.
El 77 por ciento de los mexicanos está conforme con sus condiciones de vida, aunque sabemos que el ingreso familiar disponible per cápita es de 16 mil 269 al año, cifra menor que el promedio de los países de la OCDE señala, 30 mil 490 dólares al año.
Por eso concluyo que la felicidad es una experiencia personal, que no se puede cuestionar, ni poner en duda, solo porque el concepto propio sea diferente. Lo que sí es contundente es que entre más personas felices existan en la vida, tendremos una mejor sociedad.