Mi nariz gotea con mucha frecuencia, mi estómago se hace nudo ante alguna injusticia o mal entendido. A veces, cuando no encuentro el camino, tropiezo o me caigo. Cuando la angustia me abraza, mi corazón se acelera y cuando la cabeza no descansa, siento que las luces parpadean… el cuerpo tiene sus razones.
Hace unas semanas entré a una librería buscando una recomendación y, por error, tomé el libro de la Thérese Bertherat, quien enviudó a los treinta y seis años de edad. Su marido, un reconocido psiquiatra, fue asesinado por un enfermo en el hospital en el que trabajaba. Muy pronto conoció a Suze L, que hacía un tipo de gimnasia con pelotas y movimientos suaves. Sabemos que el cuerpo tiene memoria y que, por lo mismo, va contando una historia… la nuestra; es por eso que aquello que no expresamos, que no sanamos o atravesamos, se va formando en nuestro cuerpo, se manifiesta con posturas, malestares, dolores, rigidez, volumen; se convierte en un recordatorio constante de lo que no hemos atendido. De las memorias y del cuerpo es imposible escapar.
El libro “El cuerpo tiene sus razones: autocura y antigimnasia” plantea la conexión mente–alma–cuerpo desde sus profundidades y cómo hemos jerarquizado nuestros componentes en primero y tercer nivel. Creemos que el corazón, los pulmones, el cerebro o los músculos de las piernas son partes de nosotros que merecen ser nombradas, reconocidas, aplaudidas, y existen otras que quisiéramos silenciar. Nos incomoda hablar del estómago, los intestinos, los pies, la mucosa y, al no ser capaz de escucharnos completos, nos hacemos daño… no permitimos la sanación. ¿Es nuestro cuerpo algo más que un contacto social? Por supuesto.
Por desgracia, la gente “atiende” su cuerpo cuando quiere bajar la barriga, tiene años con dolores articulares o “cree” que es necesario ejercitarse; el propósito es específico, pero las razones profundas. ¿El cuerpo alberga?, ¿Cabemos nosotros en él o somos uno solo?, ¿Cómo es adentro es afuera?, ¿Puedo cambiar por fuera sin hacer modificaciones dentro?, ¿Las partes de mi cuerpo están relacionadas entre sí? Thérese Bertherat responde a estas preguntas en su libro desde la inquietud, estudios y la experiencia de una mujer que sintió un profundo dolor en el alma que expandió en el cuerpo al enviudar muy joven y quedarse con dos hijos pequeños; el cuerpo, en su sabiduría, tiene hermosos y profundos procesos. Confiemos en él… el cuerpo tiene sus razones.