En ocho meses de este año se incrementó casi 12 veces el número de casos positivos de hepatitis A en el estado de Coahuila, respecto al mismo periodo pero de 2023. El municipio de Torreón fue el más afectado debido a que en febrero de 2024 se registró un brote en cuatro colonias del sur de la ciudad, que según la Jurisdicción Sanitaria No. 6 se originó a raíz de un derrame de aguas negras.
El Simas negó que el problema se hubiese generado por brotes de aguas negras o por la contaminación del líquido potable con las descargas residuales.
En el rubro de Enfermedades prevenibles por vacunación, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave), registró de enero al 31 de agosto del presente año, 916 casos de hepatitis A en Coahuila, de los cuales, 510 fueron diagnósticos de hombres y 406 de mujeres.
Al 5 de agosto de 2024, la Jurisdicción Sanitaria No. 6, que atiende a los municipios de Torreón, Matamoros y Viesca, tenía un acumulado de 603 personas afectadas (la mayoría adultos jóvenes), así como dos fallecimientos reportados por instituciones de salud privadas y cuyas víctimas mortales no residían en las colonias donde se detectó el brote.
En las colonias del sur, donde se identificó el brote (Villas Zaragoza, Monterreal, Campo Nuevo Zaragoza y Hacienda Santa María), se habían notificado 219 casos y como la estadística iba en franco descenso había posibilidades de que recibieran el alta sanitaria.
En el mismo periodo pero de 2023, se notificaron 77 casos de dicha enfermedad en todo el estado de Coahuila; fueron 66 hombres y 11 mujeres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que la hepatitis A es una inflamación del hígado que puede causar morbilidad de moderada a grave. El riesgo de infección por el virus se asocia a la falta de agua salubre y a unas malas condiciones higiénicas (como manos sucias y contaminadas), y de saneamiento.
Casi todos los pacientes se recuperan totalmente y adquieren inmunidad de por vida; no obstante, una proporción muy pequeña de las personas infectadas puede fallecer a causa de una hepatitis fulminante. La hepatitis A se puede prevenir mediante la vacunación, un abastecimiento adecuado de agua potable salubre; la correcta eliminación de las aguas residuales de la comunidad, y prácticas de higiene personal, como lavarse regularmente las manos antes de comer y después de ir al baño.
El Simas negó que el problema se hubiese generado por brotes de aguas negras o por la contaminación del líquido potable con las descargas residuales.