Los jugadores se colocaron y se dividieron en dos grupos, unos representarían a la Luna, y otros al Sol.
Una de las actividades que realizó la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) Torreón en el marco del Eclipse Total de Sol que se vivió el día de ayer en la región fue un juego de pelota mesoamericano, que más que un simple deporte practicado por los pueblos precolombinos de Mesoamérica era una práctica ritual, social y religiosa que representaba un puente entre lo terrenal y lo divino.
De alguna manera la UAAAN ofreció una lectura distinta de este evento astronómico que, cabe mencionar, no se presentaba en la región desde hace 101 años.
Una hora antes de que la Luna tapara por completo al Sol, representantes de la Delegación Coahuila de la agrupación "Aura Mexica", realizaron una demostración de juego de pelota en una de las canchas de la universidad. A la expectativa de los asistentes, los jugadores se colocaron y se dividieron en dos grupos, unos representarían a la Luna, y otros al Sol.
Pero, ¿qué tiene que ver esta actividad de los pueblos precolombinos de Mesoamérica con el evento astronómico acontecido ayer en La Laguna?
JUEGO SAGRADO
Entre las numerosas variantes de este juego sagrado, se puede escribir, el juego de pelota mixteco emerge como un testimonio fascinante de la cosmovisión y la conexión íntima que existía entre los antiguos pueblos mesoamericanos y los fenómenos astronómicos, tal como el Eclipse Total de Sol.
El juego de pelota mixteco, practicado por los pueblos indígenas en la región de Oaxaca, México, se caracterizaba por su marcado énfasis en la precisión y la destreza física. Sin embargo, su significado trascendía lo puramente atlético.
Para las civilizaciones mesoamericanas, el cosmos y la naturaleza estaban imbuidos de significados sagrados, y los fenómenos celestes eran interpretados como manifestaciones de los dioses. En este contexto, los eclipses totales de sol ocupaban un lugar destacado en la mitología y la cosmología mesoamericana, considerados como eventos de gran trascendencia y poder simbólico.
Los eclipses solares totales, como el que ayer se pudo apreciar al 100 por ciento, fueron vistos por las antiguas civilizaciones mesoamericanas como un momento de transformación, un instante en el que el orden natural del mundo se veía temporalmente alterado.
LUCHA ENTRE FUERZAS CELESTIALES
Para los mixtecos y otras culturas de la región, los eclipses solares totales representaban la lucha cósmica entre las fuerzas celestiales, personificadas en las deidades solares y lunares.
Estos eventos astronómicos eran interpretados como un enfrentamiento entre el sol y la luna, una lucha entre la luz y la oscuridad, el día y la noche, lo masculino y lo femenino. En el contexto del juego de pelota mixteco, esta relación entre los eclipses solares y la dualidad cósmica se veía reflejada de manera vívida. La cancha de juego, con sus dos anillos de piedra colocados en lados opuestos, simbolizaba la dicotomía fundamental del universo mesoamericano.
Por otro lado, la pelota lanzada a través del aire en un esfuerzo por pasar a través de estos anillos, representaba el movimiento cíclico de los cuerpos celestes en su eterna danza en el cielo. Los jugadores, al participar en este acto ritualizado, se convertían en intermediarios entre lo terrenal y lo divino, emulando la lucha cósmica representada en los eclipses solares.
Además de su simbolismo cósmico, los eclipses solares totales también desempeñaban un papel práctico en la vida de las sociedades mesoamericanas, incluidos los mixtecos.
Los antiguos astrónomos mesoamericanos desarrollaron complejos sistemas calendáricos que les permitían predecir con precisión la ocurrencia de estos fenómenos celestes. Los eclipses solares, junto con otros eventos astronómicos, eran cuidadosamente observados y registrados, y su aparición se asociaba con augurios y presagios que influían en la toma de decisiones políticas, agrícolas y religiosas.
La relación entre el juego de pelota mixteco y los eclipses solares totales va más allá de la mera coincidencia histórica. Estos dos fenómenos están intrínsecamente entrelazados en la cosmovisión mesoamericana, donde lo divino se refleja en lo terrenal y lo celestial se manifiesta en lo cotidiano.
Fue así que a través del juego de pelota mixteco, y otras actividades, que la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro se sumó a la celebración del reciente evento astronómico, que se pudo percibir: inspiró la admiración y el asombro de quienes lo observaron.
