Columnas Social

Columnas

Vibremos positivo

Abraza tu dolor

NELLY GARCÍA

Cuando me encuentro con personas que desean comenzar a trabajar una pérdida significativa en sus vidas, es cada vez más común escuchar comentarios o frases "de ánimo, aliento o empuje" dirigidas hacía sí mismas, cayendo de manera inconsciente en un positivismo toxico, el cual gira en torno a vivir en un mundo fantasioso en donde todo es perfecto como es y nada puede salir mal, activándose de esta manera la negación o la evitación, mecanismos de defensa que se encargan de proteger de todo aquello que produce un profundo dolor emocional. Dicho de otra manera, la persona que esta viviendo la pérdida se anima a sí misma para salir de la situación lo más pronto posible.

Además, el circulo social o familiar cercano a estas personas, podrían llegar a pensar que tienen una excelente actitud hacia la pérdida, por lo que comienzan a realizar comentarios de refuerzo positivo hacia "su fortaleza". Esto lo hemos aprendido socialmente, pues en ocasiones no es bien recibido mostrar enojo, tristeza, desesperación o cualquier otro sentimiento que pudiera llegar a ser incomodo de vivir. De esta manera, uno de los errores más comunes que se cometen con personas atravesando un duelo, es precisamente cuando algún familiar o amigo, quizá con las mejores intenciones, trata de animar o distraer a la persona doliente.

Pero ¿por qué sucede esto? En general las personas no están acostumbradas a relacionarse de manera sana con su propio dolor, mucho menos con el dolor de otra persona. Generando una sensación de incomodidad que en el fondo no es otra cosa que miedo y rechazo a esa sensación profunda que llega a manifestarse en el cuerpo en forma de ansiedad, desesperación, llanto incontrolable, sensación de ahogo, cansancio, falta de concentración, dolor en el pecho, entre otros síntomas difíciles de describir. Así es, si el dolor físico es molesto, el emocional es asfixiante, por eso es que asusta tanto tenerlo de frente.

Si bien es cierto, una actitud positiva ayuda a sobrellevar ciertas situaciones, pero cuando estamos ante una pérdida importante lo recomendable es aprender a ver el dolor, reconocerlo y después abrazarlo con amor. La mejor cura para el dolor es sentirlo, teniendo la certeza que, al permitirle quedarse en el cuerpo, hará su función, cruzará y luego se irá, pues la herida lo único que quiere es ser vista, es ser abrazada.

No es una tarea para nada sencilla, por el contrario, es de lo más complejo y confuso que puede vivenciar una persona, pero con un buen acompañamiento por parte de terceros, compasión y mucho amor hacia si mismo el dolor emocional terminará para dar paso a la sanación. ¿En cuánto tiempo? El tiempo que sea necesario para ti.

Te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales, en Facebook como vibremospositivo y Fundación Femmex o, en Instagram como @jorge_lpz, @vengavibremospositivo y @ffemmex, @psic.nellygarcia

Leer más de Columnas Social

Escrito en: Vibremos positivo

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2306506

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx